jueves, 1 de septiembre de 2011

Catequesis (P. Jorge Loring): Amor Auténtico

San Sixto, ruega por nosotros




AMOR AUTENTICO


«El amor es un don en sí mismo y no es posible entregarse a medias.
El amor es total, o ya no es amor»72
.
«El amor conyugal es un amor de totalidad. Siendo un amor total,
tiene que ser un amor definitivo.
»Un amor total que tiene reservas en el tiempo, no puede ser un amor
total...
»La totalidad del amor es indivisible...
»Por su propia esencia es fiel y exclusivo. Un amor total no puede
ser compartido con varias personas»
73
.
En el sentido más general, puede  describirse el carácter activo del
amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir...
Dar es más satisfactorio, más dichoso, que recibir; amar, es más
importante que ser amado.
Al amar, se siente la potencia  de producir amor -antes que la
dependencia de recibir siendo amado-.
El amor infantil sigue el principio: «amo porque me aman».
El amor maduro obedece al principio: «me aman porque amo».
El amor inmaduro dice: «te amo porque te necesito»
74
.
La concupiscencia dice: «Te amo porque eres un bien para mí».
El auténtico amor dice: «Te amo porque deseo lo que es un bien para
ti».
El «amor recíproco» no es el hartazgo de la concupiscencia de cada
uno, que es una coincidencia de egoísmos.
«La reciprocidad verdadera no puede nacer de dos egoísmos sino que
ha de suponer necesariamente el altruismo de cada uno».
«Amar es darse y darse significa limitar su libertad en provecho de
otro. La limitación de la libertad podría ser en sí misma algo negativo y desagradable, pero el amor hace que por el contrario, sea positiva, alegre y
creadora. La libertad está hecha para el amor...
»El hombre desea el amor más que  la libertad: la libertad es un
medio, el amor es un fin»
75
.
El único amor perdurable, el que da una felicidad creciente al paso
del tiempo, el único amor que da la máxima felicidad posible en este
mundo, es el amor que por encima de la satisfacción propia busca el bien
de la persona amada, aunque para ello tenga que renunciar a sus propias
apetencias.
Amor que se busca a sí mismo, fracasa irremediablemente.
El amor eleva, la pasión envilece.
El amor que busca el bien de la persona amada, llegará a encontrar la
verdadera dicha.
La experiencia de la vida confirma la verdad de todo esto.
Por eso vale tan poco enamorarse del cuerpo, que es amor sexual. Y
en cambio, hay tantas garantías de  éxito en el amor del alma, que es
espiritual.
Si lo que buscas, en lo que llamas amor, es saciar tu sed, no amas,
desengáñate.
Si lo que buscas es servir, ennoblecer, perfeccionar a la persona
amada, felicítate: has encontrado el camino del verdadero amor.
Y cuanto más haya de esto, más feliz te hará ese amor.
Considera despacio estas ideas:
-Si te extasías ante su belleza..., eso sólo no es amor: es admiración.
-Si sientes palpitar tu corazón en su presencia..., eso sólo no es amor:
es sensibilidad.
- Si ansías una caricia, un beso, un abrazo, poseer de alguna manera
su cuerpo...,eso sólo no es amor: es sensualidad.
-Pero  si  lo  que  deseas  es  su  bien, aun a costa de tu sacrificio...,
enhorabuena: has encontrado el verdadero amor76
.
No es lo mismo amar a una persona para hacerla feliz a ella, que
amarla para que ella, con su amor, nos haga felices a nosotros.
Esto segundo es egoísmo.
Con todo hay que tener en cuenta que uno puede sacrificarse no sólo
por amor, sino también por deseo.

Se pueden hacer grandes sacrificios para obtener cosas: un
automóvil, una prenda de vestir, etc.;  y las cosas no se aman. Sólo se
desean. Y cuando se consiguen se cambian por otra cosa mejor, más buena
o más moderna
77
.
«Bajo el nombre de amor circula una mercancía que es su negación y
caricatura. Lo grave es que se está vilipendiando el amor verdadero por
parte de todos esos falsarios de la sexualidad humana.
»Lo grave es que a fuerza de presentar una imagen deformada de la
sexualidad, se compromete su valor como ser humano»
78
.
El sexo normal ya no atrae; se está echando mano a extravagancias y
perversiones. Están en venta el sadismo y el masoquismo, y, junto a ellos,
la homosexualidad masculina y femenina, y todo lo demás.
Se presentan nuevas formas de  cohabitación del hombre y de la
mujer, como el sexo en grupo, el cambio de parejas, etc. Pero también de
estas novedades se irá cansando el consumidor.
El ambiente hedonista que nos invade se ríe del amor desinteresado.
Sólo le interesa buscar gratificaciones placenteras.
No tiene más horizonte que saciar los instintos.
No admite otro valor que lo agradable.
Éste es el círculo angosto, asfixiante, del erotismo. Aunque, por
fortuna, son muchos los ejemplos de un amor generoso, libre de la tiranía
del egoísmo y del reduccionismo envilecedor
79
.
«Erotismo es la separación de la sexualidad del amor conyugal con el
fin de procurar gratificaciones placenteras»
80
.
«La mera explicación de cómo  se obtienen sensaciones placenteras
ya constituye , de hecho, una incitación al mero erotismo. No forma para el
amor, deforma. Lanza por una vía contraria al verdadero amor»
81
.
La caricia erótica acaricia el cuerpo, la caricia amorosa acaricia el
alma. «No convirtamos el amor en algo biológico: “Yo quiero porque
siento. Dejo de sentir, dejo de querer”.
»Esto no es verdad (...)
»Los sentimientos, con el tiempo, van decreciendo.
»Lo mismo el dolor por la muerte de una madre que la ilusión de los
enamorados. (...)
»Pero el amor no es lo mismo que el sentimiento. (...)
»Uno no puede poner el amor, que es lo más importante en la vida de
una persona, en manos de una cosa que yo no puedo dominar, como es el
sentimiento.
»El amor está en algo que yo domino: la voluntad. Yo quiero porque
quiero querer, porque quiero seguir queriendo.
 »Esto sí está en mis manos, aunque no sienta nada»
82
.
Una madre junto al lecho de su hijo enfermo puede no sentir nada
placentero, pero evidentemente que está amando a su hijo.
«El secreto está en entregarse.  Cuanto más se entrega uno, más
quiere. Las cosas a las que uno se entrega, se termina queriéndolas»
83
.
El hombre, por ser sensible, siente atracción hacia los estímulos
gratificantes.
Y esto es para él un valor.  Pero como al mismo tiempo es espiritual,
no puede tener como meta el disfrutar de los estímulos sensibles
placenteros. Para él son superiores  la verdad y el bien. Orientar su vida
según una auténtica jerarquía de valores le hace madurar como persona
humana y le otorga paz y felicidad
84
.
Dijo el Dr.  Enrique Rojas,  Médico-Psiquiatra, en el  Blanco y
Negro del 8 de noviembre de 1998:
 «La sexualidad desconectada del  amor conduce a lo neurótico.
(...) Hoy estamos asistiendo a una verdadera idolatría del sexo. (...)La
sexualidad no es algo puramente biológico, un placer del cuerpo, sino
que mira a lo más íntimo de la persona. De ahí que deba estar envuelta
por el amor. (...) No tener principios es demoledor»85.

»Cuando se queda por el camino presa de atractivos efímeros.
»El ser humano se realiza cabalmente cuando pone todas sus
potencias al servicio de la realización de las posibilidades más
valiosas»
86

«El hombre debe elegir en cada  momento no lo más apetecible,
sino lo más conveniente para su desarrollo personal»
87
.
«Lo agradable es un valor. Pero colocar lo agradable en la cima de
la escala de valores es hedonismo,  que toma como ideal de la vida
acumular gratificaciones fáciles y sensaciones placenteras»
88
.
«Haber perdido el sentido del sacrificio debe ser calificado como
una de las mayores calamidades del siglo XX. Desde hace dos siglos se
viene interpretando todo sacrificio como una represión y una amputación
del verdadero ser del hombre. Es éste un error que puede destruir de raíz
nuestra vida personal. (...). Conceder la primacía a los valores más
elevados constituye el núcleo de la virtud humana de la responsabilidad.
(...). La voluntad al servicio de  un ideal valioso adquiere una energía
indomable (...). El mayor empeño de nuestra existencia debe ser
realizarnos como persona humana»89.

_________________________________________


72 PABLO TOURNIER: La mujer soltera, 1ª, VIII. Ed. Estela. Barcelona. 
73 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Moral de la sexualidad, II, B, 2. Ed. Tau. Ávila, 1988 
74 FROMM: El arte de amar, II. Ed. Paidós. Buenos Aires.

75 KAROL WOJTYLA: Cardenal de  Cracovia, hoy Papa Juan Pablo II: Amor y 
responsabilidad, 2º, l, 3s; II, 15. Ed. FAX. Madrid, 1969 
76 QUOIST: Triunfo, lll, 6. Ed. Estela. Barcelona

77 JUAN LÓPEZ PEDRAZ, S. I.:  Tres trampas en el noviazgo, ll, 7. Ed. Paulinas, 
Caracas, 1987. 
78 Revista ECCLESIA 1529 (13-ll-71)15. Declaración conjunta de los Obispos Belgas. 
79 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, X, 8. EDIBESA. Madrid 
80 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, IX, 3. EDIBESA. Madrid 
81 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, X, 7. EDIBESA. Madrid

82 JOSÉ Mª  CONTRERAS.  Pequeños secretos de la vida en común, VII,3.   Ed. 
Planeta+Testimonio 
83 JOSÉ Mª  CONTRERAS.  Pequeños secretos de la vida en común, II,37.   Ed. 
Planeta+Testimonio 
84 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 2. EDIBESA. Madrid 
85 ENRIQUE ROJAS: Revista Blanco y Negro, 4141 (8-XI-98) 111 

86 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 3. EDIBESA. Madrid 
87 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 7. EDIBESA. Madrid 
88 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor   humano, IV, 5. EDIBESA. Madrid 
89 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, V, 4. EDIBESA. Madrid


Que la Paz del Señor esté con vosotros.



Fuente: Para Salvarte 56º Edición, Padre Jorge Loring S.I.



Catequesis (P. Jorge Loring): Fragmento de Eternidad de Dios y Origen del Cosmos

San Sixto Ruega por nosotros.



[...]
2.- A DIOS NO LO HA HECHO NADIE.
 2,1.  Dios no ha empezado nunca a existir. Siempre ha existido y
nunca dejará de existir. Es decir, que no ha tenido principio ni tendrá fin.
Dios es eterno.
 Boecio definió la eternidad como «la posesión total y simultánea de
una vida interminable»1 .
 Sería un absurdo decir que hubo un tiempo en el que no existía
absolutamente nada. En ese caso,  jamás podría haber empezado nada a
existir: no existirían seres de ninguna clase. No creados por otro -pues
hemos supuesto que en un principio no existía absolutamente nada-, ni
tampoco creados por sí mismos, pues sería un absurdo decir que una cosa
que no existe pueda hacer algo2 .
 «Nada puede ser causa de sí mismo, porque para causar es necesario
existir»3.
 Luego si en algún momento no existió nada, nada existiría ahora;
pues el primer ser no tuvo  modo de empezar a existir4. Nada hubiera
empezado a existir.
 «Si en un momento dado nada hay, nada habrá durante toda la
eternidad»5.
 Como dice el conocido filósofo francés  Claude Tresmontant: «Si
en un momento dado nada existe, nada existiría eternamente. La nada
absoluta no puede producir ningún ser»6. Si no hubo nada, nunca nada
hubiera podido empezar a existir7 .


«Si actualmente existen seres, es necesario que desde siempre haya
existido algo»8.
 Es así que nosotros existimos en un mundo y estamos rodeados de
seres de todas clases, luego por fuerza tiene que haber existido, desde toda
la eternidad, un Ser que no ha tenido principio y que ha dado origen a todos
los seres que hoy existen9. Ese Ser, que existe desde toda la eternidad, y es
causa de todo lo que existe, es DIOS.
 Dice  Lindner,  Profesor de Química Técnica en la universidad
alemana de Karlsruhe: «Es necesario aceptar una causa anterior al mundo
material»10 .
 Allan Sandage ayudante de  Hubble, hasta la muerte de éste en
1953, y que hoy trabaja en el Observatorio de Monte Wilson, Pasadena,
California, dice: «Dios es la explicación de que haya algo en vez de
nada»11. Es la única respuesta a la pregunta de Heidegger12 .
 Uno preguntó:
 - Si el mundo lo hizo Dios, ¿a Dios, quién lo hizo?
 - Nadie. Porque Dios es el primero, y el primero tiene que ser eterno.
Si lo hubiera hecho otro sería el segundo, y Dios es el primer Ser.
 Otra pregunta capciosa:
 - Si Dios creó el universo, antes de crearlo, ¿dónde estaba y qué
hacía?
 - Esto lo pregunta quien no sabe  quién es Dios. Dios está fuera del
tiempo y del espacio. Tiempo es la duración del movimiento, y espacio es
lo que ocupan las cosas. Si no hay cosas materiales, no existen ni el tiempo
ni el espacio. Por eso dijo  Einstein:  «Si hiciéramos desaparecer toda la
materia, el espacio y el tiempo desaparecerían con ella»13.
 2,2. «Es conveniente definir los dos modos de seres posibles:

a) Ser contingente es aquel que no tiene la existencia por sí mismo,
sino que la ha recibido de otro.
 b) Ser necesario es aquel ser que no ha recibido la existencia de otro,
sino que la tiene por sí mismo. Como no depende de otro para existir (...)
existe necesariamente, o sea, no puede menos de existir y nunca dejará de
existir»14 .
 Dios es el único ser eterno e increado que existe necesariamente.
Dios es el Ser Necesario que existe desde siempre, que no puede dejar de
existir, que es eterno, porque su esencia es existir, no depende de nadie
para existir, por eso es increado.
 El cosmos es limitado en el tiempo y en el espacio, es decir, es
contingente.
 La materia se transforma continuamente, es extensa, limitada,
compuesta y divisible, es decir, es contingente.
 Todo ser limitado es contingente, porque toda limitación supone una
carencia. Y lo contingente -como  se demuestra en Filosofía- es
metafísicamente imposible que sea increado.
 Se llaman  seres contingentes, aquellos que pueden existir o no
existir, existir antes o después, existir de una manera o de otra. Todo lo que
nace y muere, todo lo que cambia de tamaño, forma o lugar, como el
hombre, la flor o la Tierra, es un ser contingente. Y lo contingente no tiene
en sí mismo la razón de su existencia. Los seres contingentes deben su
existencia a otro15 .
 Por ejemplo: un año antes de que tú nacieras, no eras nada, y nada
podías hacer para existir. Como eres  un ser contingente tu existencia no
dependía de ti. Eras nada, y en nada te hubieras quedado toda la eternidad,
si alguien distinto de ti (tus padres) no te hubieran traído a la existencia: la
nada, dejada a sí misma, permanece siempre en nada.
 Lo mismo que te ha ocurrido a ti, ha ocurrido con tus padres, tus
abuelos, etc. Todos recibieron la existencia de otro. No podían existir por sí
mismos.
 «Todo lo que no tiene en sí mismo la razón suficiente de existir, debe
recibir de otro la existencia...El ser contingente podría no existir, porque su
esencia no exige la existencia...Lo que es mudable es contingente, y todo ser contingente exige, como causa suficiente última, un SER NECESARIO:
DIOS. Que la materia es esencialmente mutable no es discutible...Así
llegamos a la afirmación del Universo  como contingente y, por lo tanto,
creado, porque tiene que recibir su existencia de un SER no material»16 .
 Dios es el único Ser Necesario.
 Ser Necesario es el que existe por sí mismo, que no recibe de otro la
existencia, que no depende de nada para existir. Existe siempre, sin
principio ni fin. Todos los seres existentes se dividen en necesarios o
contingentes, según existan por sí  mismos o por otros .Como el ser
contingente es indiferente para existir, no existe necesariamente. Por lo
tanto necesita una razón para pasar de la no existencia a la existencia. Esta
razón suficiente no puede ser una serie infinita de seres contingentes, pues
una carencia no se remedia con otros  seres que tienen la misma carencia:
una colección de ciegos no ve más que un sólo ciego. ¿Es que creemos que
reuniendo ceros podemos conseguir la unidad? La razón de la existencia de
los seres contingentes hay que buscarla en un ser que no sea contingente, es
decir, en un ser que no necesite de otro para existir, de un ser que exista por
sí mismo, porque su esencia es existir. Ése es Dios17. Es un ACTO PURO,
es decir, el ACTO DE EXISTIR18 .
 2,3. Las cosas que vemos en el mundo  vienen unas de otras. Un
hombre viene de otro hombre, una flor  de otra flor, una estrella de otra
estrella.
 Si suponemos una larga serie de libros en la que uno proviene de ser
copia del anterior, necesariamente tenemos que admitir la existencia del
escritor del primero19 .
 Cada ser existente de este mundo es como un anillo de una cadena.
Cada anillo está colgado de otro anillo, que es quien lo sostiene, quien lo ha
puesto en la existencia.
 Si subimos por esa cadena de seres existentes llegaremos al primer
anillo. ¿Quién sostiene el primer  anillo? No puede ser otro anillo, pues
entonces no sería el primero, sería el segundo. Pero el primer anillo, ¿estará
colgado en el aire? Entonces toda la cadena caería en el fondo de la nada.
Si la cadena de seres que han venido a la existencia no cae en el fondo de la nada, es porque la sostiene alguien que está fuera de la cadena y no necesita
de otro para existir.
 Ese Ser, que sostiene la cadena  de seres existentes, que no necesita
de otro para existir y que por lo tanto tiene que existir por sí mismo, ése es
Dios.
 Dios sostiene todos los seres en la existencia, lo mismo que el Sol
sostiene la vida en la Tierra. Si apagas el Sol, desaparece la luz y el calor
en la Tierra. Sin la luz del Sol, la Luna tampoco se ve, y la Tierra estaría a
oscuras; y sin calor las aguas de  los ríos y mares no se evaporan.
Consiguientemente desaparecen las nubes y las lluvias. Las fuentes y ríos
terminarían por vaciarse en el mar y se secarían. Las plantas morirían por
falta de agua, y los animales se morirían de frío.  El aire se envenenaría,
pues no habría plantas para restituir el oxígeno. Es decir, que el Sol sólo
con su presencia, hace posible la vida en la Tierra.
 Lo mismo ocurre con Dios. Él sostiene toda la cadena de seres
existentes.
 Si veo una chaqueta colgada en la pared, dice Sheed, aunque no vea
el clavo que la sostiene, no digo que la chaqueta desafía  las leyes de la
gravedad. Comprendo que tiene que haber un clavo que la sostiene.
 Si en un paso a nivel ves pasar,  desde tu coche, un largo tren de
mercancías en que un vagón tira de otro, comprendes que tiene que haber
una locomotora que tire de todo el tren. Aunque tú no la veas.
 Lo mismo: hay que pensar en un primer Ser eterno al ver que unos
seres hacen a otros, y por lo tanto  todos necesitan de otro para existir;
menos el primero que tiene que ser eterno.
 Dios es ese Primer Ser que no necesita de otro para existir, sino que
existe por sí mismo, es decir, que su esencia es existir, que no puede dejar
de existir, que existe necesariamente, que siempre ha existido y nunca
dejará de existir. Por eso decimos que Dios es ese primer Ser Eterno. Dios
el el único ser eterno.
3.- EL COSMOS NO ES ETERNO
 3,1. «El cosmos no puede haber existido desde la eternidad»20

Es dogma de fe que el cosmos no es eterno, sino que ha sido creado
por Dios en el principio del tiempo. Dice  San Pablo  que Dios es «el
Creador de todas las cosas. Él existe  antes que todas las cosas» 21 .
  «El ateísmo marxista se basa en la eternidad de la materia. Afirma
que la materia ha existido desde toda la eternidad, y de este modo no
necesitan a Dios-Creador. Pero la “eternidad de la materia” es una
afirmación, no una demostración.  Físicamente es inverificable, y
filosóficamente es inaceptable. Pero  los marxistas, que se precian de no
admitir en su doctrina teórica y práctica sino los hechos que la Ciencia ha
demostrado ser ciertos, esta afirmación  de “la eternidad de la materia” la
admiten sin demostración alguna. La imponen, sin más, como un postulado
base de su ateísmo»22. «Los marxistas-leninistas no demuestran la
eternidad de la materia y por eso no consiguen desplazar la necesidad de un
Dios, causa primera de todo cuanto existe»23.
 «Casi por todas partes -informa Le Monde- el materialismo dialéctico
como instrumento de análisis histórico está en retroceso. Si puede decirse
que Marx ha muerto ya en el Este, el marxismo apenas resulta operativo en
la historiografía occidental»24 .
  «Marx era rabiosamente ateo, pero  no por convicciones racionales,
sino por motivos emocionales y psicológicos... El psicólogo no tiene más
remedio que reconocer en Marx un odio personal hacia el cristianismo casi
idéntico al que sentía  Freud... Tanto Marx como  Freud -ambos judíos-
decían que rechazaban el cristianismo  en nombre de la Ciencia; pero lo
verdaderamente innegable es que aquel rechazo provenía de un elemento
emotivo»25  .
 «Para Marx el ateísmo no era una consecuencia de ninguna clase de
demostración. Era un postulado no sujeto a demostración, y del que había
que partir»26.
 «La idea materialista-marxista de una materia eterna es totalmente
anticientífica. Está en contradicción  palmaria con todos los datos de la
Ciencia moderna»27.  Por el contrario «la Ciencia moderna le niega al Universo una existencia
eterna, sea en el pasado, sea en el futuro»28 .
 «Modernamente, como consecuencia de los nuevos descubrimientos
científicos, el principio de la eternidad de la materia, ha resultado ser
completamente falso según reconocen,  con rara unanimidad, los propios
hombres de ciencia quienes afirman que la materia comenzó en un
momento determinado, hace algunos miles de millones de años»29 .
 «Si el cosmos comenzó necesitó de un  Ser distinto del cosmos que
lo puso en la existencia. De la nada absoluta, nada sale. A este Ser Creador
del cosmos, le llamamos Dios. Por eso el materialismo marxista es
imposible»30.
 Le oí decir en una conferencia a D. Angel González Alvarez, Rector
de la Universidad Complutense de Madrid, y Catedrático de Metafísica y
Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas: «El ateo
afirma que Dios no existe, pero no tiene pruebas para demostrarlo, porque
no las hay. El ateísmo es una profesión de fe en la NO existencia de Dios».
«El ateísmo no se prueba científicamente. Por eso, más que de ateísmo
científico,  hay que hablar de ateísmo literario»31.
 Nietzsche y Sartre, cuando hablan de la «muerte de Dios», no tienen
argumentos para demostrar la NO existencia de Dios. Lo  que tienen es el
deseo de que Dios no exista, porque «si Dios no existe, todo está
permitido»32 .
 «La  inexistencia de Dios no ha podido  nunca demostrarse, ni se
podrá  demostrar  jamás»33.

Dijo  Pascal:  «Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no
existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si
después no hay nada, nunca lo sabré;  pero si hay algo, tendré que dar
cuenta de mi rechazo». «El ateo nunca podrá estar seguro de que la verdad
no está en esa fe que él rechazó» 34.
 El científico italiano Antonio Chiichichi, dice en Il Tempo de Roma:
«El ateísmo no tiene a sus espaldas ni la ciencia ni la razón. El ateísmo es
también un acto de fe. La única diferencia es que el ateo tiene fe en la nada,
y el cristiano la tiene en Dios. Quien quiera profesar la fe en la nada, que
continúe siendo ateo; pero a condición de que no pretenda que su opción
esté motivada por razones científicas»35.
 «El pretendido principio de la eternidad de la materia, está en abierta
contradicción con los resultados que nos ofrece la ciencia moderna. El que
quiera estar de acuerdo con los últimos descubrimientos científicos que
señalan una edad en la existencia de la materia, no tiene más remedio que
negar la eternidad de la materia, pues las pruebas que los científicos aducen
son concluyentes»36.
 «Hoy sabemos que ninguna estrella puede brillar un tiempo infinito.
Se le acabaría el combustible. Un universo eterno es incompatible con la
existencia de procesos físicos irreversibles»37 .
 Existen algunas discrepancias entre las cifras que se dan como edad
de la materia. Pero lo importante es que todo el mundo está de acuerdo en
aceptar una edad para la materia. Si la materia ha tenido un principio, no
puede ser eterna38 .
 «Antes, cuando en los siglos XVIII y XIX, Ciencia y Religión se
hallaban en conflicto, a nosotros, los católicos, nos llamaban retrógrados,
ignorantes y obscurantistas. Ahora, por una curiosa ironía de los tiempos,
estos “cariñosos” adjetivos, los podemos dirigir con mucha mayor razón, a
los ateos recalcitrantes, que realmente dan muestras de atraso e ignorancia,
cuando se empeñan en seguir defendiendo la eternidad de la materia, a
pesar de que la ciencia moderna, con pruebas experimentales, nos indica
bien claramente que la materia tiene una edad y un principio en el
existir»39

«La vida finita del cosmos es algo científicamente probado. El
científico que se para aquí, y dice que no sabe del origen del cosmos, es por
pura pereza intelectual,  pues donde no llega la Física llega la Metafísica.
Basta ser hombre y tener sentido común para comprender que el origen
finito del Universo debe tener una causa adecuada fuera del mismo
Universo»40. Esta causa no es otra sino Dios.
 La eternidad de la materia no se puede demostrar porque es un
absurdo.
 En efecto: la materia tiene una existencia sucesiva41, es decir, con
un antes y un después; es decir, medible por el tiempo. Las sucesivas
transformaciones de la materia y los cambios de la Naturaleza se van
midiendo por el paso de los días, de las horas y de los minutos. Y todo lo
que es medible por el tiempo, tiene una existencia temporal y limitada, no
eterna.
 El tiempo es la duración del movimiento42. «El tiempo no existe
como algo independiente de los seres sucesivos. (...) Se basa en el
movimiento de las cosas»43. En los cambios de la materia.
 Y lo eterno no cambia. No tiene principio ni fin. Está siempre en el
momento presente. No está sujeto al paso del tiempo.
 Si la materia en evolución fuera eterna querría decir que ha pasado
por una serie infinita de momentos sucesivos44. Y si no se llega al
principio desde aquí hasta allá, tampoco se puede llegar  desde allá hasta
aquí, pues la distancia es la misma.
 Efectivamente, la misma distancia hay de Madrid a Barcelona, que
de Barcelona a Madrid.
 El mismo tiempo hay del día de hoy al primero de enero de 1950,
que desde ese día hasta hoy. Si por más que subiéramos por la escalera del
tiempo no llegaríamos nunca al principio del cosmos, tampoco llegaríamos
nunca del principio del cosmos al día de hoy, si ese principio estuviera en
la eternidad.
 Es así que hoy existe el cosmos actual que vivimos, luego si hemos
llegado hasta hoy, también desde hoy, subiendo por la escalera del tiempo, podemos llegar, con el entendimiento, al principio del cosmos, por lejano
que esté.
 Es decir, que el principio del cosmos no está en la eternidad: el
cosmos no es eterno.
 Si el cosmos no es eterno, es necesario otro Ser que sea eterno, pues
todo lo que empieza necesita de otro para empezar a existir. [...]

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1 FRANCISCO DE MIER: Apuesta por lo eterno, VII, 11, b.  Ed. San Pablo. Madrid. 
1997. 
2 JOSÉ Mª. CIURANA: Pruebas racionales de la existencia de Dios, IV, B. Difusora 
del Libro. Mad. 
3 R. GARRIGOU-LAGRANGE:  DIOS, su existencia, III, 37.   Ed. Palabra. Madrid. 
1976. 
4 CLAUDE TRESMONTANT: Ciencias del Universo y problemas metafísicos, I. Ed. 
Herder. Barna 
5 R. GARRIGOU-LAGRANGE: DIOS, su existencia, II, 3ª, 21.  Ed. Palabra. Madrid. 
1976. 
6 CLAUDE TRESMONTANT: Cómo se plantea hoy el problema de la existencia de 
Dios, pg.79. Ed. Herder. Barcelona. 
7 JOSÉ Mª. CIURANA: La existencia de Dios ante la razón, 2º, I, 1. Ed. Bosch. 
Barcelona, 1976. 

8 R. GARRIGOU-LAGRANGE:  DIOS, su existencia, III, 35.   Ed. Palabra. Madrid. 
1976. 
9 JOSÉ Mª. CIURANA: Pruebas racionales de la existencia de Dios, II. Difusora del 
Libro. Madrid. 
10 LINDNER: Facing Reality, III, 1,2.  Ed. Lindner Verlag. Karlsruhe. 1997. 
11 Diario EL PAÍS, 15-V-91, Futuro, pg. 4 
12
 BALDOMERO JIMÉNEZ DUQUE:  Dios y el hombre, I.   Ed. Fundación 
Universitaria Española. 
13 BENITO ORIHUEL:  En el principio creó Dios..., II, 4, nota 7.   Ed. EIUNSA. 
Madrid.

14 JOSÉ ANTONIO GALINDO: Dios no ha muerto, V.  Ed. San Pablo. Madrid. 1996. 
15 JOSÉ Mª. CIURANA: La existencia de Dios ante la razón, 2º, I, A. Ed. Bosch, 
Barcelona, 1976 

16 MANUEL CARREIRA, S.I.: Metafísica de la materia, VIII. Universidad de 
Comillas. Madrid. 1993. 
17 J. HAAS, S.I.: Biología y fe, II, 2. Ed. ELER. Barcelona 
18
 JOSÉ MOINGT, S.I.:  El hombre que venía de Dios, 2º, Epílogo, 1.   Ed. Desclée. 
Bilbao. 
19 PAUL DAVIES:  La mente d Dios, VII, 4.   Ed. Mc.Graw-Hill. Interamericana. 
Madrid. 1996.  

20 PASCUAL JORDAN:El hombre de ciencia ante el problema religioso III,12. Ed. 
Guadarrama.Mad

21 SAN PABLO: Carta a los Colosenses,1:16s. 
22 CARLOS STAEHLIN, S.I.: Ateísmo marxista, 4. Ed. EAPSA. Madrid. 
23 B. ORTONEDA, S.I.: Principios fundamentales del marxismo-leninismo, pg. 712.
Espasa Calpe.  
24 Revista PALABRA n. 245 (XII, 1985)31. 
25  LEPP: Ateísmo en nuestro tiempo, pg. 56-60. Ed. Mc Millan. New York, 1966. 
26 VITTORIO MESSORI: Algunas razones para creer, XIII.  Ed Planeta +Testimonio. 
Barcelona.2000

27 MANUEL Mª. CARREIRA, S.I.:Profesor de Física y Astronomía de la Universidad 
de Cleveland (EE.UU.): Antropocentrismo científico y religioso. Ed. A.D.U.E. Madrid, 
1983. 
28 ROBERTO JASTROW: Until the Sun dies, pg. 30. Norton, New York, 1977. 
29 JOSÉ Mª CIURANA: En busca de las verdades fundamentales, Apéndice. Ed. 
Bosch. Barcelona 1988. Breve pero excelente libro que responde acertadamente a su 
título. 
30 CLAUDE TRESMONTANT: Ciencia del Universo y problemas metafísicos, pgs.33, 
52, 57 y 73. Ed. Herder. Barcelona, 1978. 
31  CLAUDE TRESMONTANT: El problema de la  Revelación, Introducción. Ed. 
Herder. Barna, 1973. 
32 SANTIAGO MARTÍN:  ¿Para qué sirve la fe?  ,  4s.  Ed. Temas de hoy. Madrid. 
1995. 
33 EUSTAQUIO GUERRERO,S.I.: Jesucristo, la mejor prueba de la fe católica, VII, 
2. Ed. Mensajero 

34 VITTORIO MESSORI:  Algunas razones para creer, II.   Ed. Planeta+Testimonio. 
Barcelona. 2000. 
35 Diario YA del 31-III-87,pg. 6. 
36 JOSÉ Mª. CIURANA: Fin del materialismo ateo, IV, C. Ed. Bosch. Barcelona, 1974. 
37 PAUL DAVIES: LA MENTE DE DIOS, II, 4.  Ed. McGraw-Hill. Madrid.1996 
38 JOSÉ Mª. CIURANA: Fin del materialismo ateo, IV, C, c. Ed. Bosch. Barcelona, 
1974. Excelente libro para razonar las sinrazones del ateísmo 
39 JOSÉ Mª. CIURANA: Fin del materialismo ateo, IV, E. Ed. Bosch. Barcelona, 1974. 

40 GIAN CARLO CAVALIERI: Revista PALABRA, n. 235 (XI, 1985)32 
41 ANTONIO DÚE, S.I.: Dios y la Ciencia, XIII. Granada 
42 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Teología de la salvación, 2ª, III, 149. Ed. B.A.C. 
Madrid. 
43
 JESÚS MARÍA GRANERO, S.I.: Credo, 1º, XII.  Ed. Escelicer. Cádiz. 
44 FRANCISCO DE LA VEGA, S.I.: Apuntes de Filosofía, 5º curso. Colegio de El 
Palo. Málaga










La Paz del Señor esté con vosotros.



Fuente: Para Salvarte 56º Edición, Padre Jorge Loring S.I.