jueves, 1 de septiembre de 2011

Catequesis (P. Jorge Loring): Amor Auténtico

San Sixto, ruega por nosotros




AMOR AUTENTICO


«El amor es un don en sí mismo y no es posible entregarse a medias.
El amor es total, o ya no es amor»72
.
«El amor conyugal es un amor de totalidad. Siendo un amor total,
tiene que ser un amor definitivo.
»Un amor total que tiene reservas en el tiempo, no puede ser un amor
total...
»La totalidad del amor es indivisible...
»Por su propia esencia es fiel y exclusivo. Un amor total no puede
ser compartido con varias personas»
73
.
En el sentido más general, puede  describirse el carácter activo del
amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir...
Dar es más satisfactorio, más dichoso, que recibir; amar, es más
importante que ser amado.
Al amar, se siente la potencia  de producir amor -antes que la
dependencia de recibir siendo amado-.
El amor infantil sigue el principio: «amo porque me aman».
El amor maduro obedece al principio: «me aman porque amo».
El amor inmaduro dice: «te amo porque te necesito»
74
.
La concupiscencia dice: «Te amo porque eres un bien para mí».
El auténtico amor dice: «Te amo porque deseo lo que es un bien para
ti».
El «amor recíproco» no es el hartazgo de la concupiscencia de cada
uno, que es una coincidencia de egoísmos.
«La reciprocidad verdadera no puede nacer de dos egoísmos sino que
ha de suponer necesariamente el altruismo de cada uno».
«Amar es darse y darse significa limitar su libertad en provecho de
otro. La limitación de la libertad podría ser en sí misma algo negativo y desagradable, pero el amor hace que por el contrario, sea positiva, alegre y
creadora. La libertad está hecha para el amor...
»El hombre desea el amor más que  la libertad: la libertad es un
medio, el amor es un fin»
75
.
El único amor perdurable, el que da una felicidad creciente al paso
del tiempo, el único amor que da la máxima felicidad posible en este
mundo, es el amor que por encima de la satisfacción propia busca el bien
de la persona amada, aunque para ello tenga que renunciar a sus propias
apetencias.
Amor que se busca a sí mismo, fracasa irremediablemente.
El amor eleva, la pasión envilece.
El amor que busca el bien de la persona amada, llegará a encontrar la
verdadera dicha.
La experiencia de la vida confirma la verdad de todo esto.
Por eso vale tan poco enamorarse del cuerpo, que es amor sexual. Y
en cambio, hay tantas garantías de  éxito en el amor del alma, que es
espiritual.
Si lo que buscas, en lo que llamas amor, es saciar tu sed, no amas,
desengáñate.
Si lo que buscas es servir, ennoblecer, perfeccionar a la persona
amada, felicítate: has encontrado el camino del verdadero amor.
Y cuanto más haya de esto, más feliz te hará ese amor.
Considera despacio estas ideas:
-Si te extasías ante su belleza..., eso sólo no es amor: es admiración.
-Si sientes palpitar tu corazón en su presencia..., eso sólo no es amor:
es sensibilidad.
- Si ansías una caricia, un beso, un abrazo, poseer de alguna manera
su cuerpo...,eso sólo no es amor: es sensualidad.
-Pero  si  lo  que  deseas  es  su  bien, aun a costa de tu sacrificio...,
enhorabuena: has encontrado el verdadero amor76
.
No es lo mismo amar a una persona para hacerla feliz a ella, que
amarla para que ella, con su amor, nos haga felices a nosotros.
Esto segundo es egoísmo.
Con todo hay que tener en cuenta que uno puede sacrificarse no sólo
por amor, sino también por deseo.

Se pueden hacer grandes sacrificios para obtener cosas: un
automóvil, una prenda de vestir, etc.;  y las cosas no se aman. Sólo se
desean. Y cuando se consiguen se cambian por otra cosa mejor, más buena
o más moderna
77
.
«Bajo el nombre de amor circula una mercancía que es su negación y
caricatura. Lo grave es que se está vilipendiando el amor verdadero por
parte de todos esos falsarios de la sexualidad humana.
»Lo grave es que a fuerza de presentar una imagen deformada de la
sexualidad, se compromete su valor como ser humano»
78
.
El sexo normal ya no atrae; se está echando mano a extravagancias y
perversiones. Están en venta el sadismo y el masoquismo, y, junto a ellos,
la homosexualidad masculina y femenina, y todo lo demás.
Se presentan nuevas formas de  cohabitación del hombre y de la
mujer, como el sexo en grupo, el cambio de parejas, etc. Pero también de
estas novedades se irá cansando el consumidor.
El ambiente hedonista que nos invade se ríe del amor desinteresado.
Sólo le interesa buscar gratificaciones placenteras.
No tiene más horizonte que saciar los instintos.
No admite otro valor que lo agradable.
Éste es el círculo angosto, asfixiante, del erotismo. Aunque, por
fortuna, son muchos los ejemplos de un amor generoso, libre de la tiranía
del egoísmo y del reduccionismo envilecedor
79
.
«Erotismo es la separación de la sexualidad del amor conyugal con el
fin de procurar gratificaciones placenteras»
80
.
«La mera explicación de cómo  se obtienen sensaciones placenteras
ya constituye , de hecho, una incitación al mero erotismo. No forma para el
amor, deforma. Lanza por una vía contraria al verdadero amor»
81
.
La caricia erótica acaricia el cuerpo, la caricia amorosa acaricia el
alma. «No convirtamos el amor en algo biológico: “Yo quiero porque
siento. Dejo de sentir, dejo de querer”.
»Esto no es verdad (...)
»Los sentimientos, con el tiempo, van decreciendo.
»Lo mismo el dolor por la muerte de una madre que la ilusión de los
enamorados. (...)
»Pero el amor no es lo mismo que el sentimiento. (...)
»Uno no puede poner el amor, que es lo más importante en la vida de
una persona, en manos de una cosa que yo no puedo dominar, como es el
sentimiento.
»El amor está en algo que yo domino: la voluntad. Yo quiero porque
quiero querer, porque quiero seguir queriendo.
 »Esto sí está en mis manos, aunque no sienta nada»
82
.
Una madre junto al lecho de su hijo enfermo puede no sentir nada
placentero, pero evidentemente que está amando a su hijo.
«El secreto está en entregarse.  Cuanto más se entrega uno, más
quiere. Las cosas a las que uno se entrega, se termina queriéndolas»
83
.
El hombre, por ser sensible, siente atracción hacia los estímulos
gratificantes.
Y esto es para él un valor.  Pero como al mismo tiempo es espiritual,
no puede tener como meta el disfrutar de los estímulos sensibles
placenteros. Para él son superiores  la verdad y el bien. Orientar su vida
según una auténtica jerarquía de valores le hace madurar como persona
humana y le otorga paz y felicidad
84
.
Dijo el Dr.  Enrique Rojas,  Médico-Psiquiatra, en el  Blanco y
Negro del 8 de noviembre de 1998:
 «La sexualidad desconectada del  amor conduce a lo neurótico.
(...) Hoy estamos asistiendo a una verdadera idolatría del sexo. (...)La
sexualidad no es algo puramente biológico, un placer del cuerpo, sino
que mira a lo más íntimo de la persona. De ahí que deba estar envuelta
por el amor. (...) No tener principios es demoledor»85.

»Cuando se queda por el camino presa de atractivos efímeros.
»El ser humano se realiza cabalmente cuando pone todas sus
potencias al servicio de la realización de las posibilidades más
valiosas»
86

«El hombre debe elegir en cada  momento no lo más apetecible,
sino lo más conveniente para su desarrollo personal»
87
.
«Lo agradable es un valor. Pero colocar lo agradable en la cima de
la escala de valores es hedonismo,  que toma como ideal de la vida
acumular gratificaciones fáciles y sensaciones placenteras»
88
.
«Haber perdido el sentido del sacrificio debe ser calificado como
una de las mayores calamidades del siglo XX. Desde hace dos siglos se
viene interpretando todo sacrificio como una represión y una amputación
del verdadero ser del hombre. Es éste un error que puede destruir de raíz
nuestra vida personal. (...). Conceder la primacía a los valores más
elevados constituye el núcleo de la virtud humana de la responsabilidad.
(...). La voluntad al servicio de  un ideal valioso adquiere una energía
indomable (...). El mayor empeño de nuestra existencia debe ser
realizarnos como persona humana»89.

_________________________________________


72 PABLO TOURNIER: La mujer soltera, 1ª, VIII. Ed. Estela. Barcelona. 
73 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Moral de la sexualidad, II, B, 2. Ed. Tau. Ávila, 1988 
74 FROMM: El arte de amar, II. Ed. Paidós. Buenos Aires.

75 KAROL WOJTYLA: Cardenal de  Cracovia, hoy Papa Juan Pablo II: Amor y 
responsabilidad, 2º, l, 3s; II, 15. Ed. FAX. Madrid, 1969 
76 QUOIST: Triunfo, lll, 6. Ed. Estela. Barcelona

77 JUAN LÓPEZ PEDRAZ, S. I.:  Tres trampas en el noviazgo, ll, 7. Ed. Paulinas, 
Caracas, 1987. 
78 Revista ECCLESIA 1529 (13-ll-71)15. Declaración conjunta de los Obispos Belgas. 
79 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, X, 8. EDIBESA. Madrid 
80 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, IX, 3. EDIBESA. Madrid 
81 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, X, 7. EDIBESA. Madrid

82 JOSÉ Mª  CONTRERAS.  Pequeños secretos de la vida en común, VII,3.   Ed. 
Planeta+Testimonio 
83 JOSÉ Mª  CONTRERAS.  Pequeños secretos de la vida en común, II,37.   Ed. 
Planeta+Testimonio 
84 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 2. EDIBESA. Madrid 
85 ENRIQUE ROJAS: Revista Blanco y Negro, 4141 (8-XI-98) 111 

86 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 3. EDIBESA. Madrid 
87 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 7. EDIBESA. Madrid 
88 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor   humano, IV, 5. EDIBESA. Madrid 
89 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, V, 4. EDIBESA. Madrid


Que la Paz del Señor esté con vosotros.



Fuente: Para Salvarte 56º Edición, Padre Jorge Loring S.I.



Catequesis (P. Jorge Loring): Fragmento de Eternidad de Dios y Origen del Cosmos

San Sixto Ruega por nosotros.



[...]
2.- A DIOS NO LO HA HECHO NADIE.
 2,1.  Dios no ha empezado nunca a existir. Siempre ha existido y
nunca dejará de existir. Es decir, que no ha tenido principio ni tendrá fin.
Dios es eterno.
 Boecio definió la eternidad como «la posesión total y simultánea de
una vida interminable»1 .
 Sería un absurdo decir que hubo un tiempo en el que no existía
absolutamente nada. En ese caso,  jamás podría haber empezado nada a
existir: no existirían seres de ninguna clase. No creados por otro -pues
hemos supuesto que en un principio no existía absolutamente nada-, ni
tampoco creados por sí mismos, pues sería un absurdo decir que una cosa
que no existe pueda hacer algo2 .
 «Nada puede ser causa de sí mismo, porque para causar es necesario
existir»3.
 Luego si en algún momento no existió nada, nada existiría ahora;
pues el primer ser no tuvo  modo de empezar a existir4. Nada hubiera
empezado a existir.
 «Si en un momento dado nada hay, nada habrá durante toda la
eternidad»5.
 Como dice el conocido filósofo francés  Claude Tresmontant: «Si
en un momento dado nada existe, nada existiría eternamente. La nada
absoluta no puede producir ningún ser»6. Si no hubo nada, nunca nada
hubiera podido empezar a existir7 .


«Si actualmente existen seres, es necesario que desde siempre haya
existido algo»8.
 Es así que nosotros existimos en un mundo y estamos rodeados de
seres de todas clases, luego por fuerza tiene que haber existido, desde toda
la eternidad, un Ser que no ha tenido principio y que ha dado origen a todos
los seres que hoy existen9. Ese Ser, que existe desde toda la eternidad, y es
causa de todo lo que existe, es DIOS.
 Dice  Lindner,  Profesor de Química Técnica en la universidad
alemana de Karlsruhe: «Es necesario aceptar una causa anterior al mundo
material»10 .
 Allan Sandage ayudante de  Hubble, hasta la muerte de éste en
1953, y que hoy trabaja en el Observatorio de Monte Wilson, Pasadena,
California, dice: «Dios es la explicación de que haya algo en vez de
nada»11. Es la única respuesta a la pregunta de Heidegger12 .
 Uno preguntó:
 - Si el mundo lo hizo Dios, ¿a Dios, quién lo hizo?
 - Nadie. Porque Dios es el primero, y el primero tiene que ser eterno.
Si lo hubiera hecho otro sería el segundo, y Dios es el primer Ser.
 Otra pregunta capciosa:
 - Si Dios creó el universo, antes de crearlo, ¿dónde estaba y qué
hacía?
 - Esto lo pregunta quien no sabe  quién es Dios. Dios está fuera del
tiempo y del espacio. Tiempo es la duración del movimiento, y espacio es
lo que ocupan las cosas. Si no hay cosas materiales, no existen ni el tiempo
ni el espacio. Por eso dijo  Einstein:  «Si hiciéramos desaparecer toda la
materia, el espacio y el tiempo desaparecerían con ella»13.
 2,2. «Es conveniente definir los dos modos de seres posibles:

a) Ser contingente es aquel que no tiene la existencia por sí mismo,
sino que la ha recibido de otro.
 b) Ser necesario es aquel ser que no ha recibido la existencia de otro,
sino que la tiene por sí mismo. Como no depende de otro para existir (...)
existe necesariamente, o sea, no puede menos de existir y nunca dejará de
existir»14 .
 Dios es el único ser eterno e increado que existe necesariamente.
Dios es el Ser Necesario que existe desde siempre, que no puede dejar de
existir, que es eterno, porque su esencia es existir, no depende de nadie
para existir, por eso es increado.
 El cosmos es limitado en el tiempo y en el espacio, es decir, es
contingente.
 La materia se transforma continuamente, es extensa, limitada,
compuesta y divisible, es decir, es contingente.
 Todo ser limitado es contingente, porque toda limitación supone una
carencia. Y lo contingente -como  se demuestra en Filosofía- es
metafísicamente imposible que sea increado.
 Se llaman  seres contingentes, aquellos que pueden existir o no
existir, existir antes o después, existir de una manera o de otra. Todo lo que
nace y muere, todo lo que cambia de tamaño, forma o lugar, como el
hombre, la flor o la Tierra, es un ser contingente. Y lo contingente no tiene
en sí mismo la razón de su existencia. Los seres contingentes deben su
existencia a otro15 .
 Por ejemplo: un año antes de que tú nacieras, no eras nada, y nada
podías hacer para existir. Como eres  un ser contingente tu existencia no
dependía de ti. Eras nada, y en nada te hubieras quedado toda la eternidad,
si alguien distinto de ti (tus padres) no te hubieran traído a la existencia: la
nada, dejada a sí misma, permanece siempre en nada.
 Lo mismo que te ha ocurrido a ti, ha ocurrido con tus padres, tus
abuelos, etc. Todos recibieron la existencia de otro. No podían existir por sí
mismos.
 «Todo lo que no tiene en sí mismo la razón suficiente de existir, debe
recibir de otro la existencia...El ser contingente podría no existir, porque su
esencia no exige la existencia...Lo que es mudable es contingente, y todo ser contingente exige, como causa suficiente última, un SER NECESARIO:
DIOS. Que la materia es esencialmente mutable no es discutible...Así
llegamos a la afirmación del Universo  como contingente y, por lo tanto,
creado, porque tiene que recibir su existencia de un SER no material»16 .
 Dios es el único Ser Necesario.
 Ser Necesario es el que existe por sí mismo, que no recibe de otro la
existencia, que no depende de nada para existir. Existe siempre, sin
principio ni fin. Todos los seres existentes se dividen en necesarios o
contingentes, según existan por sí  mismos o por otros .Como el ser
contingente es indiferente para existir, no existe necesariamente. Por lo
tanto necesita una razón para pasar de la no existencia a la existencia. Esta
razón suficiente no puede ser una serie infinita de seres contingentes, pues
una carencia no se remedia con otros  seres que tienen la misma carencia:
una colección de ciegos no ve más que un sólo ciego. ¿Es que creemos que
reuniendo ceros podemos conseguir la unidad? La razón de la existencia de
los seres contingentes hay que buscarla en un ser que no sea contingente, es
decir, en un ser que no necesite de otro para existir, de un ser que exista por
sí mismo, porque su esencia es existir. Ése es Dios17. Es un ACTO PURO,
es decir, el ACTO DE EXISTIR18 .
 2,3. Las cosas que vemos en el mundo  vienen unas de otras. Un
hombre viene de otro hombre, una flor  de otra flor, una estrella de otra
estrella.
 Si suponemos una larga serie de libros en la que uno proviene de ser
copia del anterior, necesariamente tenemos que admitir la existencia del
escritor del primero19 .
 Cada ser existente de este mundo es como un anillo de una cadena.
Cada anillo está colgado de otro anillo, que es quien lo sostiene, quien lo ha
puesto en la existencia.
 Si subimos por esa cadena de seres existentes llegaremos al primer
anillo. ¿Quién sostiene el primer  anillo? No puede ser otro anillo, pues
entonces no sería el primero, sería el segundo. Pero el primer anillo, ¿estará
colgado en el aire? Entonces toda la cadena caería en el fondo de la nada.
Si la cadena de seres que han venido a la existencia no cae en el fondo de la nada, es porque la sostiene alguien que está fuera de la cadena y no necesita
de otro para existir.
 Ese Ser, que sostiene la cadena  de seres existentes, que no necesita
de otro para existir y que por lo tanto tiene que existir por sí mismo, ése es
Dios.
 Dios sostiene todos los seres en la existencia, lo mismo que el Sol
sostiene la vida en la Tierra. Si apagas el Sol, desaparece la luz y el calor
en la Tierra. Sin la luz del Sol, la Luna tampoco se ve, y la Tierra estaría a
oscuras; y sin calor las aguas de  los ríos y mares no se evaporan.
Consiguientemente desaparecen las nubes y las lluvias. Las fuentes y ríos
terminarían por vaciarse en el mar y se secarían. Las plantas morirían por
falta de agua, y los animales se morirían de frío.  El aire se envenenaría,
pues no habría plantas para restituir el oxígeno. Es decir, que el Sol sólo
con su presencia, hace posible la vida en la Tierra.
 Lo mismo ocurre con Dios. Él sostiene toda la cadena de seres
existentes.
 Si veo una chaqueta colgada en la pared, dice Sheed, aunque no vea
el clavo que la sostiene, no digo que la chaqueta desafía  las leyes de la
gravedad. Comprendo que tiene que haber un clavo que la sostiene.
 Si en un paso a nivel ves pasar,  desde tu coche, un largo tren de
mercancías en que un vagón tira de otro, comprendes que tiene que haber
una locomotora que tire de todo el tren. Aunque tú no la veas.
 Lo mismo: hay que pensar en un primer Ser eterno al ver que unos
seres hacen a otros, y por lo tanto  todos necesitan de otro para existir;
menos el primero que tiene que ser eterno.
 Dios es ese Primer Ser que no necesita de otro para existir, sino que
existe por sí mismo, es decir, que su esencia es existir, que no puede dejar
de existir, que existe necesariamente, que siempre ha existido y nunca
dejará de existir. Por eso decimos que Dios es ese primer Ser Eterno. Dios
el el único ser eterno.
3.- EL COSMOS NO ES ETERNO
 3,1. «El cosmos no puede haber existido desde la eternidad»20

Es dogma de fe que el cosmos no es eterno, sino que ha sido creado
por Dios en el principio del tiempo. Dice  San Pablo  que Dios es «el
Creador de todas las cosas. Él existe  antes que todas las cosas» 21 .
  «El ateísmo marxista se basa en la eternidad de la materia. Afirma
que la materia ha existido desde toda la eternidad, y de este modo no
necesitan a Dios-Creador. Pero la “eternidad de la materia” es una
afirmación, no una demostración.  Físicamente es inverificable, y
filosóficamente es inaceptable. Pero  los marxistas, que se precian de no
admitir en su doctrina teórica y práctica sino los hechos que la Ciencia ha
demostrado ser ciertos, esta afirmación  de “la eternidad de la materia” la
admiten sin demostración alguna. La imponen, sin más, como un postulado
base de su ateísmo»22. «Los marxistas-leninistas no demuestran la
eternidad de la materia y por eso no consiguen desplazar la necesidad de un
Dios, causa primera de todo cuanto existe»23.
 «Casi por todas partes -informa Le Monde- el materialismo dialéctico
como instrumento de análisis histórico está en retroceso. Si puede decirse
que Marx ha muerto ya en el Este, el marxismo apenas resulta operativo en
la historiografía occidental»24 .
  «Marx era rabiosamente ateo, pero  no por convicciones racionales,
sino por motivos emocionales y psicológicos... El psicólogo no tiene más
remedio que reconocer en Marx un odio personal hacia el cristianismo casi
idéntico al que sentía  Freud... Tanto Marx como  Freud -ambos judíos-
decían que rechazaban el cristianismo  en nombre de la Ciencia; pero lo
verdaderamente innegable es que aquel rechazo provenía de un elemento
emotivo»25  .
 «Para Marx el ateísmo no era una consecuencia de ninguna clase de
demostración. Era un postulado no sujeto a demostración, y del que había
que partir»26.
 «La idea materialista-marxista de una materia eterna es totalmente
anticientífica. Está en contradicción  palmaria con todos los datos de la
Ciencia moderna»27.  Por el contrario «la Ciencia moderna le niega al Universo una existencia
eterna, sea en el pasado, sea en el futuro»28 .
 «Modernamente, como consecuencia de los nuevos descubrimientos
científicos, el principio de la eternidad de la materia, ha resultado ser
completamente falso según reconocen,  con rara unanimidad, los propios
hombres de ciencia quienes afirman que la materia comenzó en un
momento determinado, hace algunos miles de millones de años»29 .
 «Si el cosmos comenzó necesitó de un  Ser distinto del cosmos que
lo puso en la existencia. De la nada absoluta, nada sale. A este Ser Creador
del cosmos, le llamamos Dios. Por eso el materialismo marxista es
imposible»30.
 Le oí decir en una conferencia a D. Angel González Alvarez, Rector
de la Universidad Complutense de Madrid, y Catedrático de Metafísica y
Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas: «El ateo
afirma que Dios no existe, pero no tiene pruebas para demostrarlo, porque
no las hay. El ateísmo es una profesión de fe en la NO existencia de Dios».
«El ateísmo no se prueba científicamente. Por eso, más que de ateísmo
científico,  hay que hablar de ateísmo literario»31.
 Nietzsche y Sartre, cuando hablan de la «muerte de Dios», no tienen
argumentos para demostrar la NO existencia de Dios. Lo  que tienen es el
deseo de que Dios no exista, porque «si Dios no existe, todo está
permitido»32 .
 «La  inexistencia de Dios no ha podido  nunca demostrarse, ni se
podrá  demostrar  jamás»33.

Dijo  Pascal:  «Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no
existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si
después no hay nada, nunca lo sabré;  pero si hay algo, tendré que dar
cuenta de mi rechazo». «El ateo nunca podrá estar seguro de que la verdad
no está en esa fe que él rechazó» 34.
 El científico italiano Antonio Chiichichi, dice en Il Tempo de Roma:
«El ateísmo no tiene a sus espaldas ni la ciencia ni la razón. El ateísmo es
también un acto de fe. La única diferencia es que el ateo tiene fe en la nada,
y el cristiano la tiene en Dios. Quien quiera profesar la fe en la nada, que
continúe siendo ateo; pero a condición de que no pretenda que su opción
esté motivada por razones científicas»35.
 «El pretendido principio de la eternidad de la materia, está en abierta
contradicción con los resultados que nos ofrece la ciencia moderna. El que
quiera estar de acuerdo con los últimos descubrimientos científicos que
señalan una edad en la existencia de la materia, no tiene más remedio que
negar la eternidad de la materia, pues las pruebas que los científicos aducen
son concluyentes»36.
 «Hoy sabemos que ninguna estrella puede brillar un tiempo infinito.
Se le acabaría el combustible. Un universo eterno es incompatible con la
existencia de procesos físicos irreversibles»37 .
 Existen algunas discrepancias entre las cifras que se dan como edad
de la materia. Pero lo importante es que todo el mundo está de acuerdo en
aceptar una edad para la materia. Si la materia ha tenido un principio, no
puede ser eterna38 .
 «Antes, cuando en los siglos XVIII y XIX, Ciencia y Religión se
hallaban en conflicto, a nosotros, los católicos, nos llamaban retrógrados,
ignorantes y obscurantistas. Ahora, por una curiosa ironía de los tiempos,
estos “cariñosos” adjetivos, los podemos dirigir con mucha mayor razón, a
los ateos recalcitrantes, que realmente dan muestras de atraso e ignorancia,
cuando se empeñan en seguir defendiendo la eternidad de la materia, a
pesar de que la ciencia moderna, con pruebas experimentales, nos indica
bien claramente que la materia tiene una edad y un principio en el
existir»39

«La vida finita del cosmos es algo científicamente probado. El
científico que se para aquí, y dice que no sabe del origen del cosmos, es por
pura pereza intelectual,  pues donde no llega la Física llega la Metafísica.
Basta ser hombre y tener sentido común para comprender que el origen
finito del Universo debe tener una causa adecuada fuera del mismo
Universo»40. Esta causa no es otra sino Dios.
 La eternidad de la materia no se puede demostrar porque es un
absurdo.
 En efecto: la materia tiene una existencia sucesiva41, es decir, con
un antes y un después; es decir, medible por el tiempo. Las sucesivas
transformaciones de la materia y los cambios de la Naturaleza se van
midiendo por el paso de los días, de las horas y de los minutos. Y todo lo
que es medible por el tiempo, tiene una existencia temporal y limitada, no
eterna.
 El tiempo es la duración del movimiento42. «El tiempo no existe
como algo independiente de los seres sucesivos. (...) Se basa en el
movimiento de las cosas»43. En los cambios de la materia.
 Y lo eterno no cambia. No tiene principio ni fin. Está siempre en el
momento presente. No está sujeto al paso del tiempo.
 Si la materia en evolución fuera eterna querría decir que ha pasado
por una serie infinita de momentos sucesivos44. Y si no se llega al
principio desde aquí hasta allá, tampoco se puede llegar  desde allá hasta
aquí, pues la distancia es la misma.
 Efectivamente, la misma distancia hay de Madrid a Barcelona, que
de Barcelona a Madrid.
 El mismo tiempo hay del día de hoy al primero de enero de 1950,
que desde ese día hasta hoy. Si por más que subiéramos por la escalera del
tiempo no llegaríamos nunca al principio del cosmos, tampoco llegaríamos
nunca del principio del cosmos al día de hoy, si ese principio estuviera en
la eternidad.
 Es así que hoy existe el cosmos actual que vivimos, luego si hemos
llegado hasta hoy, también desde hoy, subiendo por la escalera del tiempo, podemos llegar, con el entendimiento, al principio del cosmos, por lejano
que esté.
 Es decir, que el principio del cosmos no está en la eternidad: el
cosmos no es eterno.
 Si el cosmos no es eterno, es necesario otro Ser que sea eterno, pues
todo lo que empieza necesita de otro para empezar a existir. [...]

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1 FRANCISCO DE MIER: Apuesta por lo eterno, VII, 11, b.  Ed. San Pablo. Madrid. 
1997. 
2 JOSÉ Mª. CIURANA: Pruebas racionales de la existencia de Dios, IV, B. Difusora 
del Libro. Mad. 
3 R. GARRIGOU-LAGRANGE:  DIOS, su existencia, III, 37.   Ed. Palabra. Madrid. 
1976. 
4 CLAUDE TRESMONTANT: Ciencias del Universo y problemas metafísicos, I. Ed. 
Herder. Barna 
5 R. GARRIGOU-LAGRANGE: DIOS, su existencia, II, 3ª, 21.  Ed. Palabra. Madrid. 
1976. 
6 CLAUDE TRESMONTANT: Cómo se plantea hoy el problema de la existencia de 
Dios, pg.79. Ed. Herder. Barcelona. 
7 JOSÉ Mª. CIURANA: La existencia de Dios ante la razón, 2º, I, 1. Ed. Bosch. 
Barcelona, 1976. 

8 R. GARRIGOU-LAGRANGE:  DIOS, su existencia, III, 35.   Ed. Palabra. Madrid. 
1976. 
9 JOSÉ Mª. CIURANA: Pruebas racionales de la existencia de Dios, II. Difusora del 
Libro. Madrid. 
10 LINDNER: Facing Reality, III, 1,2.  Ed. Lindner Verlag. Karlsruhe. 1997. 
11 Diario EL PAÍS, 15-V-91, Futuro, pg. 4 
12
 BALDOMERO JIMÉNEZ DUQUE:  Dios y el hombre, I.   Ed. Fundación 
Universitaria Española. 
13 BENITO ORIHUEL:  En el principio creó Dios..., II, 4, nota 7.   Ed. EIUNSA. 
Madrid.

14 JOSÉ ANTONIO GALINDO: Dios no ha muerto, V.  Ed. San Pablo. Madrid. 1996. 
15 JOSÉ Mª. CIURANA: La existencia de Dios ante la razón, 2º, I, A. Ed. Bosch, 
Barcelona, 1976 

16 MANUEL CARREIRA, S.I.: Metafísica de la materia, VIII. Universidad de 
Comillas. Madrid. 1993. 
17 J. HAAS, S.I.: Biología y fe, II, 2. Ed. ELER. Barcelona 
18
 JOSÉ MOINGT, S.I.:  El hombre que venía de Dios, 2º, Epílogo, 1.   Ed. Desclée. 
Bilbao. 
19 PAUL DAVIES:  La mente d Dios, VII, 4.   Ed. Mc.Graw-Hill. Interamericana. 
Madrid. 1996.  

20 PASCUAL JORDAN:El hombre de ciencia ante el problema religioso III,12. Ed. 
Guadarrama.Mad

21 SAN PABLO: Carta a los Colosenses,1:16s. 
22 CARLOS STAEHLIN, S.I.: Ateísmo marxista, 4. Ed. EAPSA. Madrid. 
23 B. ORTONEDA, S.I.: Principios fundamentales del marxismo-leninismo, pg. 712.
Espasa Calpe.  
24 Revista PALABRA n. 245 (XII, 1985)31. 
25  LEPP: Ateísmo en nuestro tiempo, pg. 56-60. Ed. Mc Millan. New York, 1966. 
26 VITTORIO MESSORI: Algunas razones para creer, XIII.  Ed Planeta +Testimonio. 
Barcelona.2000

27 MANUEL Mª. CARREIRA, S.I.:Profesor de Física y Astronomía de la Universidad 
de Cleveland (EE.UU.): Antropocentrismo científico y religioso. Ed. A.D.U.E. Madrid, 
1983. 
28 ROBERTO JASTROW: Until the Sun dies, pg. 30. Norton, New York, 1977. 
29 JOSÉ Mª CIURANA: En busca de las verdades fundamentales, Apéndice. Ed. 
Bosch. Barcelona 1988. Breve pero excelente libro que responde acertadamente a su 
título. 
30 CLAUDE TRESMONTANT: Ciencia del Universo y problemas metafísicos, pgs.33, 
52, 57 y 73. Ed. Herder. Barcelona, 1978. 
31  CLAUDE TRESMONTANT: El problema de la  Revelación, Introducción. Ed. 
Herder. Barna, 1973. 
32 SANTIAGO MARTÍN:  ¿Para qué sirve la fe?  ,  4s.  Ed. Temas de hoy. Madrid. 
1995. 
33 EUSTAQUIO GUERRERO,S.I.: Jesucristo, la mejor prueba de la fe católica, VII, 
2. Ed. Mensajero 

34 VITTORIO MESSORI:  Algunas razones para creer, II.   Ed. Planeta+Testimonio. 
Barcelona. 2000. 
35 Diario YA del 31-III-87,pg. 6. 
36 JOSÉ Mª. CIURANA: Fin del materialismo ateo, IV, C. Ed. Bosch. Barcelona, 1974. 
37 PAUL DAVIES: LA MENTE DE DIOS, II, 4.  Ed. McGraw-Hill. Madrid.1996 
38 JOSÉ Mª. CIURANA: Fin del materialismo ateo, IV, C, c. Ed. Bosch. Barcelona, 
1974. Excelente libro para razonar las sinrazones del ateísmo 
39 JOSÉ Mª. CIURANA: Fin del materialismo ateo, IV, E. Ed. Bosch. Barcelona, 1974. 

40 GIAN CARLO CAVALIERI: Revista PALABRA, n. 235 (XI, 1985)32 
41 ANTONIO DÚE, S.I.: Dios y la Ciencia, XIII. Granada 
42 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Teología de la salvación, 2ª, III, 149. Ed. B.A.C. 
Madrid. 
43
 JESÚS MARÍA GRANERO, S.I.: Credo, 1º, XII.  Ed. Escelicer. Cádiz. 
44 FRANCISCO DE LA VEGA, S.I.: Apuntes de Filosofía, 5º curso. Colegio de El 
Palo. Málaga










La Paz del Señor esté con vosotros.



Fuente: Para Salvarte 56º Edición, Padre Jorge Loring S.I.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Catequesis (P. Jorge Loring): Naturaleza y Valor de la Oración

San Ramón, ruega por nosotros:



Oración 

44.- Orar es hablar con Dios, nuestro Padre celestial, para adorarle, alabarle, darle gracias y pedirle toda clase de bienes.

44,1. Orar es hablar con Dios para manifestarle nuestro amor, tributarle el honor que se merece, agradecerle sus beneficios, ofrecerle nuestros trabajos y sufrimientos, pedirle consejo, confiarle las personas que amamos, los asuntos que nos preocupan y desahogarnos con Él. 

Habla a Dios con sencillez y naturalidad. 
Háblale con tus propias palabras. 
Se puede orar con fórmulas ya hechas, o espontáneas. 
Y también repitiendo siempre la misma frase.

«La oración es conversación. Sabemos muy bien que se puede conversar de distintas maneras. Algunas veces la conversación es un simple intercambio de palabras. (...) Pero la conversación profunda se da cuando intercambiamos pensamientos, corazón y sentimientos. Cuando intercambiamos nuestro “yo”» .
Podemos hablar con Dios de nuestras alegrías, penas, éxitos, fracasos, deseos, preocupaciones, etc.

Para hablar a Jesús no hay como acudir al Evangelio. Con la misma naturalidad que todos usaban con Él y le exponían sus necesidades. Cualquier situación nuestra tiene su exponente en el Evangelio. 
- ¡Señor, que vea!, le decía el ciego. 
- ¡Dame de esa tu agua, para no tener más sed!, le pedía la Samaritana. 
- ¡Señor, enséñanos a orar!, le decían los discípulos. 
- ¡Sálvanos, Señor!, que perecemos!, le gritaron los apóstoles en la barca que se hundía. 
- ¡Señor, mándame ir a ti!, le pidió Pedro. 
- ¡Señor, ten compasión de mí, que soy un pecador!, murmuraba el publicano. 
- ¡Señor, si quieres puedes limpiarme!, le suplicaba humilde el leproso. 
- Mira que tu amigo, a quien tanto quieres, está enfermo, mandó a decirle Marta. 
- ¡Auméntanos la fe!, le pidieron los discípulos. 
- ¡Acuérdate de mí cuando estés en tu reino!, le suplicó el ladrón. 
- ¡Señor, danos ese pan!, le pidieron los oyentes cuando prometió la Eucaristía. 
- ¡Señor, tú sabes que yo te quiero!, le protestaba Pedro. 
- ¡Mira, Jesús, que no tienen vino!, le dijo María 

«Charles de Foucauld, decía: “Orar es pensar en Dios amándolo”. Sin ninguna duda, no hay descripción más corta y más precisa de la oración».

¿Por qué orar?
Porque creo en Dios, sé que me ama, y deseo decirle que le amo.
La oración incluye:
«La adoración, que es reconocimiento de la grandeza y majestad de Dios.
La alabanza a su infinita bondad y misericordia.
El ofrecimiento incondicional a realizar la voluntad de tan altísimo Señor.
La súplica de perdón, y reconocimiento de la pequeñez del que ora.
La acción de gracias por tantas bendiciones y favores recibidos.
La petición humilde de la ayuda de la gracia y del favor de Dios para tantas necesidades».

Para hablar con Dios no es necesario pronunciar palabras materialmente. Se puede hablar también sólo con el corazón.
La oración no se aprende. Sale sola. Lo mismo que no se aprende a reír o a llorar. 
La oración sale espontáneamente del corazón que ama a Dios.
Se ora saludando a Dios, dándole gracias, pidiéndole perdón, solicitándole ayuda, manifestándole amor, etc., etc.

La oración debe hacerse con atención, reverencia, humildad, confianza, fervor, perseverancia y resignación con lo que Dios quiera. 
Hacerla con fe muy firme de que si conviene, Dios concederá lo que pedimos; pero no podemos anteponer nuestra voluntad a la de Dios. 
Además de irreverente y absurdo, sería completamente inútil y estéril.
Dice San Pablo: Orad sin cesar  . 
Y San Agustín da la solución: «Orad con el deseo. Aunque calle la lengua. Si deseas amar, ya estás amando. Tu deseo es tu oración. Si deseas siempre, tu oración es continua».

La perseverancia en la oración es fundamental. Dios ya sabe lo que deseamos, pero Él quiere que se lo pidamos; aunque a veces nos haga esperar.
Santa Mónica tardó treinta años en conseguir la conversión de su hijo San Agustín.

Es necesario orar, y orar a menudo, porque Dios así lo manda: «Pedid y recibiréis»  y «es necesario orar siempre y no desfallecer» ; pero además porque ordinariamente Dios no concede las gracias espirituales y materiales si no se las pedimos. 
¡Ojalá te acostumbraras a tener tus ratos de charla con Nuestro Señor en el sagrario! Por lo menos, no dejes de rezar todos los días las oraciones que te pongo en los Apéndices. 

Pero te advierto que la oración bien hecha no es la recitación de plegarias que se repiten distraídamente sólo con los labios. La verdadera oración pone siempre en movimiento el corazón. Dice Santa Teresa que «orar es un trato amoroso con Dios» 
No pedimos para obligar a Dios que cambie sus planes, lo cual es imposible. 
Ni para informarle de lo que necesitamos, pues Él ya lo sabe. 
Ni para convencerle para que nos ayude, pues lo desea más que nosotros mismos. 
Pedimos porque Él quiere que lo hagamos para colaborar con Él en lo que quiere concedernos.
«Dios ha determinado concedernos algunas cosas a condición de que se las pidamos bien, o sea, vinculándolas a nuestra oración. 
»Pero si no las pedimos, nos quedaremos sin ellas. 
»No se trata de que Dios cambie su voluntad, sino de que nosotros cumplamos la condición que Él ha señalado para concedernos tales gracias».
La doctrina católica enseña:
 a) que para salvarnos nos es necesario orar;
 b) que sin orar no podemos permanecer mucho tiempo sin pecado;
 c) que, aun para muchas cosas humanas, es muy necesario o conveniente la oración;
 d) que si oramos frecuentemente pidiendo a Dios nuestra salvación, nos salvaremos seguro. 
Dice San Pablo que con la oración se pueden vencer todas las tentaciones .
Si pedimos bien una cosa necesaria para nuestra salvación, la eficacia es segura. Dice Santo Tomás que la oración es infalible si se pide bien algo necesario para la salvación eterna.
Si pedimos la salvación de otro, la eficacia depende de la libre voluntad del otro; pero nuestra oración le conseguirá gracias de Dios para facilitar que él se incline hacia el bien. Pero no sólo pedir. También hay que alabar y adorar a Dios.

Más vale rezar poco y bien que mucho y mal. Si por dedicarte a largos rezos vas a hacerlos de forma distraída y rutinaria, más vale que reces la mitad o la cuarta parte; pero concentrándote y pensando lo que haces. 

Glorificas más a Dios y enriqueces más tu alma con un acto intenso de fervor que con mil remisos, superficiales y rutinarios .

Todos deberíamos dedicar algún momento del día a hacer actos internos de amor de Dios. 
En estos breves instantes se puede merecer más que en el resto de la jornada diaria . 
El momento más oportuno para hacerlos es después de comulgar, y al acostarse. Hay que pedirle a Dios la gracia eficaz para hacer con mucho fervor estos actos de amor.
Por otra parte, el buen hijo nunca se avergüenza de su padre, y Dios es mi Padre y Creador. 
Ningún padre es tan padre como el que es Padre-Creador de sus hijos. 
Es una ingratitud regatear a Dios las manifestaciones de amor y reverencia. 
Solía decir el emperador Carlos V: «Nunca es el hombre más grande que cuando está de rodillas delante de Dios». 
Los animales nunca rezan.


44,2. Convendría que cada familia fijase un mínimo de rezo en común, el cual podría ser:

1) Leer un trozo del Evangelio, de cuando en cuando, y comentarlo entre todos.

2) Dar gracias a Dios antes de comer, por poderlo hacer, y pedirle que nunca nos falte lo necesario. En los Apéndices tienes una oración para bendecir la mesa.

3) Rezar un misterio del rosario cada día. Al menos se podrían aprovechar los desplazamientos de fin de semana en rezar un rosario entero, o algún misterio suelto. 
Esta buena costumbre nos ayudaría, además, a alcanzar la protección de Dios en la carretera. En los Apéndices tienes el modo de rezar el rosario.

-En tus alegrías, da gracias a Dios.
- En tus penas, ofréceselas a Dios por amor a Él.
- En tus trabajos, hazlo todo siempre con buena intención.
- En tus pecados, pide perdón.
- Y en tu trato con los demás, ten espíritu de servicio.

Con la oración Dios nos ayuda a salir airosos de las situaciones más difíciles.
Cuenta Javier Martín una antigua leyenda, de la Edad Media:
«Un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable.
»El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! 

»El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás, y será la mano de Dios la que decida tu destino". 
»Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: 'CULPABLE'. 
»La pobre víctima, se encomendó a Dios, y se dio cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. 
»Pero Dios le inspiró la solución. Tomó uno de los papeles doblados y se lo tragó.
»El juez, indignado, dijo: “Y ahora,¿cómo vamos a saber el veredicto...?"
»Es muy sencillo, respondió el hombre, es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué".
»Tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
»Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, pidiendo ayuda a Dios. "Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios"».

44,3. «La oración es fundamental para la práctica de la religión. 
»Tiene su punto de partida en la fe, cobra vuelo en el diálogo con Dios, y culmina en la entrega del amor. Nuestro Maestro de Oración  es Jesucristo. (...) Jesús oraba asiduamente, reverentemente, piadosamente. (...) En la oración de Jesús destacan, sobre todo, la actitud reverente, la confianza filial, el amor a todos los hombres, y su adhesión a la voluntad de Dios.
»Jesús dio a sus discípulos orientaciones y consignas en orden a la práctica de la oración. (...) Insistió en la necesidad de orar, y orar con perseverancia. (...) Atendió al espíritu que debe animar la oración. Porque la oración es un diálogo en el que Dios llama al hombre a su amistad y le ofrece la salvación» .

Durante el día deberíamos estar unidos a Dios como dos personas que se aman.
«En un matrimonio armónico saben hombre y mujer que viven el uno para el otro y para su familia. 
»Lo saben incluso, cuando en el jaleo del día piensan poco de hecho el uno en el otro. 
»La relación de amor existe de continuo y da color a todas las actividades de ambos cónyuges. 
»La orientación a la mujer amada ayuda al hombre a hacer día tras día su trabajo, con frecuencia aburrido. 
»Sabe al fin y al cabo para quien trabaja. 
»La mujer lo sabe también y por ello saca fuerzas la mayor parte de las veces para atender con esmero al mantenimiento de la casa. 
»Ambos viven en la  atmósfera de la unión, aunque los momentos en que conscientemente se ocupen uno de otro sean escasos. 
»Viven el uno para el otro, y este existir el-uno-para-el-otro forma la mayor parte del tiempo del trasfondo oculto ante el cual transcurre su vida. 
»En un matrimonio de este estilo tienen lugar de vez en cuando “celebraciones” espontáneas, en las que todo lo que está ahí, inadvertido pero real, se expresa de manera explícita y se eleva de ese trasfondo a una vivencia de primer plano... La vivencia de lo que está en el trasfondo, y la vivencia de lo que está en primer plano no se oponen, sino que se superponen y se complementan» 
Esto se puede aplicar a nuestro amor a Dios.

44,4. El valor de la oración es muy grande. Con ella trabajamos más que nadie en favor del prójimo: convertimos más pecadores que los sacerdotes, curamos más enfermos que los médicos, defendemos a la Patria mejor que los mismos soldados; porque nuestras oraciones hacen que Dios ayude a los soldados, a los médicos y a los sacerdotes para que consigan lo que pretenden.

Dice la Madre Angélica: «Podéis conseguir más con la plegaria que con mil millones de dólares».

Puede ser interesante mi vídeo: ¿Cómo cambiar el mundo: el poder de la oración .

No hay que confundir la oración cristiana con el zen o el yoga. 
Hoy están de moda las prácticas de meditación oriental como el zen y el yoga; pero estas prácticas implican riesgos para los católicos. 

Por eso el Vaticano ha publicado un documento alertando a los católicos, porque «el zen y el yoga degradan las oraciones cristianas y pueden degenerar en un culto al cuerpo» . 
También el Papa alerta a los que se abren a las religiones orientales en técnicas de meditación y ascesis .

44,5. Ten la costumbre de acudir a Dios en todas tus penas y alegrías. En tus penas para encontrar consuelo y ayuda; en tus alegrías para dar gracias y pedir que se prolonguen. 

De suyo, la oración se hace a Dios; pero muchas veces tomamos a la Virgen o a los Santos como mediadores.
 Lo mismo que nos valemos de los secretarios de los grandes personajes. 

Dios escucha a la Virgen y a los Santos mejor que a nosotros, porque ellos lo merecen más .

Dios conoce nuestras necesidades y las remedia muchas veces sin que se lo pidamos. 
Pero de ordinario quiere que acudamos a Él, porque con la oración practicamos muchas virtudes: adoración, amor, confianza, humildad, agradecimiento, conformidad, etc. «La eficacia de la oración y su necesidad no es por el influjo que ejerce en Dios, sino en el que ora. 

Dios está siempre dispuesto a colmarnos de gracias: nosotros, en cambio, no siempre estamos dispuestos a recibirlas; la oración nos hace aptos para ello».

Nunca debo cansarme de pedir a Dios lo que necesito. 

No es que Dios desconozca mis necesidades. Pero quiere que acuda a Él. Si no me lo concede, será porque no se lo pido bien, porque no me lo merezco o porque no me conviene. En ese caso, me dará otra cosa; pero la oración que sube al cielo nunca vuelve vacía. 
Como una madre que cuando un niño le pide un cuchillo con el que se puede cortar, no se lo da; pero le da un juguete. 
Y en caso de que en los planes de Dios esté dejarnos una cruz, nos dará fuerzas para llevarla. 

Dijo San Agustín: «Señor, dame fuerzas para lo que me pides, y pide lo que quieras» .

«Está bien -por eso Dios nos ha dado inteligencia- que tengamos nuestros puntos de vista; con tal de que no nos olvidemos de que también Dios tiene el suyo, y en caso de no coincidir, Dios es el que siempre tiene la razón, porque no se equivoca jamás. Nosotros sí nos podemos equivocar» 

Mucha gente le pide a Dios que le toque la lotería. Suponen que eso les conviene. Pero no siempre es así.
A una familia le tocó la lotería. Con ese dinero se compraron un barquito. En su primera salida naufragó y se ahogaron el padre y tres hijos.
A uno le tocó la lotería en Alicante. Con ese dinero se hizo una operación para adelgazar. Esa operación le costó la vida: murió por operarse .

En nuestras peticiones se sobreentiende siempre la condición de «si es bueno para la salvación eterna».
Hay una cosa que ciertamente Dios está deseando concedérnosla en cuanto se la pidamos. 
Es la fuerza interna necesaria para vencer las tentaciones del pecado. 
Sobre todo, si lo pedimos mucho y bien, Dios nos concederá la salvación eterna de nuestra alma. 

Cuando se piden cosas absolutamente buenas para uno mismo, si se piden bien, la eficacia de la oración es infalible. 

Aunque a veces Dios modifica la petición en cuanto a las circunstancias, tiempo, etc. 
Si es para otro, puede ser que éste rechace la gracia: conversión de un pecador. Dios nos exige un mínimo de buena voluntad. 

Él lo pone «casi todo»; pero hay un «casi nada», que depende de nosotros.

Como si un hortelano no quiere molestarse en abrir las compuertas de las acequias para regar su huerto. 
No tendrá cosecha. 
No basta tener las acequias y el agua.
Hay que abrir las compuertas.
Por eso Dios no pone su «casi todo» si nosotros no ponemos nuestro «casi nada».

Una bonita oración podría ser:
«Señor dame:
-la decisión para cambiar aquellas cosas que yo puedo cambiar;
-la paciencia para aceptar las cosas que yo no puedo cambiar;
-y la inteligencia para distinguir una cosa de otra».

44,6. Pero la vida de la gracia, además de respirar, necesita -lo mismo que la vida natural- alimentarse . 

Dios también nos ha dado un alimento para la vida sobrenatural de la gracia. Ese alimento es la Sagrada Comunión, el verdadero Cuerpo del mismo Jesucristo bajo la apariencia de pan, que se guarda en el sagrario y es la Sagrada Eucaristía. 

      Es el recuerdo que Jesucristo nos dejó antes de subir al cielo. 
      Él se iba, pero al mismo tiempo quiso quedarse con nosotros, hasta el fin de los siglos, en el sagrario.

Fuente: "Para Salvarte" Enciclopedia del católico del siglo XXI 56º Edición | Padre Jorge Loring S.I.

La Paz del Señor esté con vosotros.

viernes, 29 de julio de 2011

Catequesis: Consagración eucarística (Transubstanciación)

Santo Pedro Crisologo, ruega por nosotros.

El sacerdote levanta con sus manos la hostia, luego el cáliz, y cada vez que eleva hacia las alturas uno de estos alimentos y los presenta ante Dios, y por el poder de Cristo, Jesús mismo convierte aquello que hace unos instantes fue pan y vino, en cuerpo y sangre de su persona.



Saludos en Cristo.
Hoy en día mucha gente acostumbra a atacar los dogmas y creencias católicas, no sólo gente fuera de la Iglesia, pues también es habitual entre muchos "católicos" que presentan su fe como un edificio deteriorado y desgastado, incluso a medio construir.

Así pues muchos se preguntan: "¿Qué es eso de que la hostia es el cuerpo de Cristo? Será un símbolo ¿o no?... ¿Cómo? ¿Qué no es un símbolo? Menuda tontería, ¿cómo un trozo de pan / un poco de vino es el cuerpo o la sangre de Cristo de forma literal? No tiene sentido"

Para comenzar la explicación iremos a la base bíblica, la Biblia Vulgata dice en Mc 14, 22:

“[...] Sumite: hoc est corpus meum ”



O lo que es lo mismo: "Tomad: este es mi cuerpo" Pero seguimos con la duda, ¿cómo que ese pan es   el cuerpo de Cristo?. Usaremos la filosofía clásica para dar una explicación breve y simple de ello, pero necesitaremos antes conocer unos términos:


  • Esencia o sustancia: "Realidad que existe por sí misma y es soporte de sus cualidades o accidentes." O lo que es lo mismo, realidad que hace que algo sea lo que es.

  • Accidentes: "Cualidad o estado que aparece en algo, sin que sea parte de su esencia o naturaleza" Dicho de otra forma: "Conjunto de propiedades físicas (olor, sabor, textura...) que posee una cosa"
La duda como siempre insisto es, a la vez de un motor que nos mueve a conocer, un motor que nos puede destruir. Antes y después de la consagración vemos el mismo trozo de pan, tiene el mismo tacto, cuando lo saboreo en mi boca, sabe a pan, tiene incluso la misma textura de la hostia antes de ser consagrada, ¿cómo puede ser el cuerpo de Cristo? Esto es "un cuento chino" esto no tiene sentido... no tiene por qué.

Como he mostrado en esos dos términos anteriores, los objetos poseen dos cosas: la esencia que determina qué es, y los accidentes que nos muestran físicamente cómo es. Los accidentes se conservan siempre, es decir,  los accidentes son los mismos antes y después de la consagración, pero es la esencia lo que cambia. Tal milagro es imposible de hacer por cualquier ser humano o criatura, sólo un Ser Todopoderoso puede cambiar la esencia de las cosas, hacer que un trozo de pan, la Hostia, deje de ser pan para ser Cuerpo de Cristo, manteniendo los accidentes del pan.

Por ello os invito hermanos a que preguntéis cuanto más podáis a vuestro párroco o sacerdote, pues por algo ellos son llamados "Padre". Padres que nos engendran y nos educan en la Fe. Sólo así conseguiréis fortalecer vuestra Fe y preparaos espiritual e intelectualmente para defenderla de forma eficaz, pues el gran peligro del cristiano hoy en día es la ignorancia y el indiferentismo religioso que nos acechan allá donde vayamos.

No decaigan y pidan a Dios fuerza y Gracia para seguir cumpliendo su Voluntad.

La Paz del Señor esté con vosotros.




jueves, 7 de julio de 2011

Catequesis: "Misterio Trinitario"

San Fermín, ruega por nosotros.

Dios es uno, Dios es trino. Este es el misterio central de nuestra Fe, la Santísima Trinidad.



Saludos en Cristo.
Dios es uno y trino, no tres dioses en uno, ni uno partido en tres ¿cómo entender este mensaje que tan paradójicamente nos provoca y angustia a muchos cristianos en nuestra vida diaria y especialmente al hablar con nuestros hermanos musulmanes, judíos... y de otras religiones?

Comenzaremos por dar una breve exposición remontándonos a las Sagradas Escrituras sobre pruebas que nos mueven a pensar tal misterio:



Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
[Jn 1, 1-4]

Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
[Jn 1, 14]

El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado. Él les respondió: «Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo». Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre.
[Jn 5, 15-18]

Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?. El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
[Jn 14, 6-11]

Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!.
[Jn 20, 27-28]

Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.
[Jn 21, 17]

Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.
[Mt 18, 19-20]

Veo clave recordar para la incomprensión de muchos que la omnisciencia es un atributo ÚNICO de Dios, es decir, el conocimiento absoluto de todas las cosas, del pasado, presente, futuro... etc. Ello da un argumento más a la cita de Jn 21, 17: "Señor, tú lo sabes todo, sabes que te quiero" sobre la divinidad de Jesús.

Pero, siempre nos saltan dudas, ¿cómo Jesús es Dios? ¿Acaso no es humano? No lo entiendo...
Jesús posee una unión hipostática, dos naturalezas en sí. Nosotros tenemos la naturaleza humana como seres humanos que somos, pero Jesús a diferencia de cualquier otro hombre que pueda existir, posee una naturaleza humana y otra divina. Según información obtenida de Internet:

Jesús como Dios
Es adorado (Mat. 2:2,11; 14:33).

Jesús como hombre
Adoró al Padre (Juan 17).
Se le ora (Hech 7:59).

Oró al Padre (Juan 17:1).
No tuvo pecado (1 Ped. 2:22; Heb. 4:15).

Fue tentado a pecar (Mat. 4:1).
Es omnisciente (Juan 21:17).

Creció en sabiduría (Luc. 2:52).
Da vida eterna (Juan 10:28).

Murió (Rom. 5:8).
En El habita la plenitud de la Deidad (Col.2:9).

Tiene un cuerpo de carne y hueso (Luc 24:39).


Las Sagradas Escrituras nos muestran continuamente pruebas sobre tal Misterio de la fe. La adoración, la perfección en sus actos, la imposibilidad de pecar, la omnisciencia... son atributos y acciones que sólo Dios tiene o a Dios se le pueden realizar, por lo que o Jesús es Dios Padre, o Jesús comparte esa divinidad con este (entiendan que el "Dios" que los judíos adoraban era Dios Padre, mas no conocían al Hijo ni el Espíritu Santo).

Vayamos al punto central de esta exposición, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo son Dios, pero son diferentes, distintos entre sí, son 3 PERSONAS, 3 ENTES (desde el concepto filosófico, no persona entendido como ser humano, sino como individuo, ser individual). Según dice el Catecismo de la Iglesia Católica ambas personas son consubstanciales (con- (compartida, misma) substanciales (substancia))

Según la filosofía clásica la substancia es lo que nos hace ser lo que somos, es decir, la substancia o sustancia, es lo que somos, nuestra esencia. Estas 3 personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo son consubstanciales tanto en cuanto comparten la misma sustancia divina. Por ello proclamamos un sólo Dios, pues sólo hay una esencia divina compartida por las 3 personas. Este dibujo, un escudo, representaría mejor lo que he explicado:





El problema es que nuestra mente, al no poder comprender tal Misterio, ejemplificarlo de forma precisa, acaba creando duda, y entonces piensa malos ejemplo, lo que provoca que acabe fragmentando a Dios, este error ejemplificado sería este:

Un árbol (esencia de Dios) tiene ramas, raíces y tallo... entonces Dios Padre son las raíces, el Hijo es el tallo y el Espíritu Santo es el follaje, las ramas; no, falso. Eso es fragmentar a Dios. Dios Hijo es un árbol en su totalidad, al igual que el Padre y el Espíritu Santo, pero estos tres son el mismo árbol, aunque estos son distintos entre sí, pues el Hijo no es el Padre ni el Espíritu Santo.

Quizás nos surjan preguntas, y gran confusión, mas no debemos dejarnos llevar por la duda, ya que la duda muchas veces es destructiva y nos lleva a pecar. Como bien recuerdo lo que dijo el sacerdote en mi parroquia durante una homilía referente a este tema: "Hay cosas que hay que creerlas y ya está". Esto puede incomodar a muchos, pueden verlo como algo malo y especular sobre ello, pero es así, debemos pensar que nuestra mente es muy limitada, al igual que nuestro conocimiento de las cosas, no podemos tener un conocimiento objetivo sobre todas las cosas pues somos una imagen limitada de la perfección de Dios, quien sí realmente conoce de forma completa, absoluta, perfecta... todo.

Finalmente daré una breve explicación sobre estas tres personas.

Dios, aun ser 3 personas actúa de forma única, ¿cómo es esto? Las tres personas actúan de forma simultánea formando una unidad de actuación, de obrar. Ello viene explicado de forma clara en el Compendio:



49. ¿Cómo obran las tres divinas Personas?
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Inseparables en su única sustancia, las divinas Personas son también inseparables en su obrar: la Trinidad tiene una sola y misma operación. Pero en el único obrar divino, cada Persona se hace presente según el modo que le es propio en la Trinidad.

Dios actúa de forma única, aunque según la situación toma protagonismo por llamarlo de alguna manera una de las tres personas:


Lo vemos claramente en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés
En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe. En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna. En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna. 
http://es.catholic.net/celebraciones/120/301/articulo.php?id=3576 


Dios existe desde la eternidad, para él no existe el tiempo, no hay pasado ni futuro, porque para Dios todo es un presente absoluto, toda la historia, el tiempo... Dios está por encima del tiempo, pudiendo tener una visión instantánea de lo sucedido, lo que sucede y sucederá.
Dios Hijo (Jesús) proviene del Padre desde la eternidad, es decir, que Jesús, siempre ha existido y existirá, pero su origen es del Padre como hijo que es, "engrendrado, no creado" eso dice el Credo niceno-constantinopolitano, o lo que es lo mismo, que Jesús no surgió, no tiene un principio anterior al cual, no existía, sino que él existe desde la eternidad en Comunión al Padre, del cual él es engendrado. Una explicación confusa, pero que hay que entender que siempre han existido, y fruto del amor entre ambos surge el Espíritu Santo, procede del Padre en conexión con el Hijo por esa unión divina de amor, esa comunión divina, ambas tres personas, existentes en la eternidad.

Ahora que tenemos esta explicación: El Hijo proviene del Padre, y el Espíritu Santo del Padre y del Hijo, no los separemos en tiempo y pensemos que en el principio estaba el Padre y luego surgen los demás, ellos son así, esa es la relación entre ellos, han existido siempre.

Siento dejar esto tan confuso, pero es pues así, labor será de los teólogos el dar explicaciones más razonadas y completas para todos aquellos cuyo conocimiento de la teología es corto y simple.

"Hay cosas que hay que creerlas y ya está" Crean que hay un Dios, que es uno y trino. Que es 3 personas divinas unidas entre sí por vínculos de amor y substancia las cuales son, no forman ni componen, sino que son un Dios, tanto en cuanto actúan de forma única y simultánea y comparten una misma esencia, substancia.

Y para acabar, les pido cordialmente que para finiquitar este artículo y despejar vuestra comprensión, vuelvan a leer los versículos bíblicos que anteriormente les mostré en esta entrada.

La Paz del Señor esté con vosotros.