jueves, 1 de septiembre de 2011

Catequesis (P. Jorge Loring): Amor Auténtico

San Sixto, ruega por nosotros




AMOR AUTENTICO


«El amor es un don en sí mismo y no es posible entregarse a medias.
El amor es total, o ya no es amor»72
.
«El amor conyugal es un amor de totalidad. Siendo un amor total,
tiene que ser un amor definitivo.
»Un amor total que tiene reservas en el tiempo, no puede ser un amor
total...
»La totalidad del amor es indivisible...
»Por su propia esencia es fiel y exclusivo. Un amor total no puede
ser compartido con varias personas»
73
.
En el sentido más general, puede  describirse el carácter activo del
amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir...
Dar es más satisfactorio, más dichoso, que recibir; amar, es más
importante que ser amado.
Al amar, se siente la potencia  de producir amor -antes que la
dependencia de recibir siendo amado-.
El amor infantil sigue el principio: «amo porque me aman».
El amor maduro obedece al principio: «me aman porque amo».
El amor inmaduro dice: «te amo porque te necesito»
74
.
La concupiscencia dice: «Te amo porque eres un bien para mí».
El auténtico amor dice: «Te amo porque deseo lo que es un bien para
ti».
El «amor recíproco» no es el hartazgo de la concupiscencia de cada
uno, que es una coincidencia de egoísmos.
«La reciprocidad verdadera no puede nacer de dos egoísmos sino que
ha de suponer necesariamente el altruismo de cada uno».
«Amar es darse y darse significa limitar su libertad en provecho de
otro. La limitación de la libertad podría ser en sí misma algo negativo y desagradable, pero el amor hace que por el contrario, sea positiva, alegre y
creadora. La libertad está hecha para el amor...
»El hombre desea el amor más que  la libertad: la libertad es un
medio, el amor es un fin»
75
.
El único amor perdurable, el que da una felicidad creciente al paso
del tiempo, el único amor que da la máxima felicidad posible en este
mundo, es el amor que por encima de la satisfacción propia busca el bien
de la persona amada, aunque para ello tenga que renunciar a sus propias
apetencias.
Amor que se busca a sí mismo, fracasa irremediablemente.
El amor eleva, la pasión envilece.
El amor que busca el bien de la persona amada, llegará a encontrar la
verdadera dicha.
La experiencia de la vida confirma la verdad de todo esto.
Por eso vale tan poco enamorarse del cuerpo, que es amor sexual. Y
en cambio, hay tantas garantías de  éxito en el amor del alma, que es
espiritual.
Si lo que buscas, en lo que llamas amor, es saciar tu sed, no amas,
desengáñate.
Si lo que buscas es servir, ennoblecer, perfeccionar a la persona
amada, felicítate: has encontrado el camino del verdadero amor.
Y cuanto más haya de esto, más feliz te hará ese amor.
Considera despacio estas ideas:
-Si te extasías ante su belleza..., eso sólo no es amor: es admiración.
-Si sientes palpitar tu corazón en su presencia..., eso sólo no es amor:
es sensibilidad.
- Si ansías una caricia, un beso, un abrazo, poseer de alguna manera
su cuerpo...,eso sólo no es amor: es sensualidad.
-Pero  si  lo  que  deseas  es  su  bien, aun a costa de tu sacrificio...,
enhorabuena: has encontrado el verdadero amor76
.
No es lo mismo amar a una persona para hacerla feliz a ella, que
amarla para que ella, con su amor, nos haga felices a nosotros.
Esto segundo es egoísmo.
Con todo hay que tener en cuenta que uno puede sacrificarse no sólo
por amor, sino también por deseo.

Se pueden hacer grandes sacrificios para obtener cosas: un
automóvil, una prenda de vestir, etc.;  y las cosas no se aman. Sólo se
desean. Y cuando se consiguen se cambian por otra cosa mejor, más buena
o más moderna
77
.
«Bajo el nombre de amor circula una mercancía que es su negación y
caricatura. Lo grave es que se está vilipendiando el amor verdadero por
parte de todos esos falsarios de la sexualidad humana.
»Lo grave es que a fuerza de presentar una imagen deformada de la
sexualidad, se compromete su valor como ser humano»
78
.
El sexo normal ya no atrae; se está echando mano a extravagancias y
perversiones. Están en venta el sadismo y el masoquismo, y, junto a ellos,
la homosexualidad masculina y femenina, y todo lo demás.
Se presentan nuevas formas de  cohabitación del hombre y de la
mujer, como el sexo en grupo, el cambio de parejas, etc. Pero también de
estas novedades se irá cansando el consumidor.
El ambiente hedonista que nos invade se ríe del amor desinteresado.
Sólo le interesa buscar gratificaciones placenteras.
No tiene más horizonte que saciar los instintos.
No admite otro valor que lo agradable.
Éste es el círculo angosto, asfixiante, del erotismo. Aunque, por
fortuna, son muchos los ejemplos de un amor generoso, libre de la tiranía
del egoísmo y del reduccionismo envilecedor
79
.
«Erotismo es la separación de la sexualidad del amor conyugal con el
fin de procurar gratificaciones placenteras»
80
.
«La mera explicación de cómo  se obtienen sensaciones placenteras
ya constituye , de hecho, una incitación al mero erotismo. No forma para el
amor, deforma. Lanza por una vía contraria al verdadero amor»
81
.
La caricia erótica acaricia el cuerpo, la caricia amorosa acaricia el
alma. «No convirtamos el amor en algo biológico: “Yo quiero porque
siento. Dejo de sentir, dejo de querer”.
»Esto no es verdad (...)
»Los sentimientos, con el tiempo, van decreciendo.
»Lo mismo el dolor por la muerte de una madre que la ilusión de los
enamorados. (...)
»Pero el amor no es lo mismo que el sentimiento. (...)
»Uno no puede poner el amor, que es lo más importante en la vida de
una persona, en manos de una cosa que yo no puedo dominar, como es el
sentimiento.
»El amor está en algo que yo domino: la voluntad. Yo quiero porque
quiero querer, porque quiero seguir queriendo.
 »Esto sí está en mis manos, aunque no sienta nada»
82
.
Una madre junto al lecho de su hijo enfermo puede no sentir nada
placentero, pero evidentemente que está amando a su hijo.
«El secreto está en entregarse.  Cuanto más se entrega uno, más
quiere. Las cosas a las que uno se entrega, se termina queriéndolas»
83
.
El hombre, por ser sensible, siente atracción hacia los estímulos
gratificantes.
Y esto es para él un valor.  Pero como al mismo tiempo es espiritual,
no puede tener como meta el disfrutar de los estímulos sensibles
placenteros. Para él son superiores  la verdad y el bien. Orientar su vida
según una auténtica jerarquía de valores le hace madurar como persona
humana y le otorga paz y felicidad
84
.
Dijo el Dr.  Enrique Rojas,  Médico-Psiquiatra, en el  Blanco y
Negro del 8 de noviembre de 1998:
 «La sexualidad desconectada del  amor conduce a lo neurótico.
(...) Hoy estamos asistiendo a una verdadera idolatría del sexo. (...)La
sexualidad no es algo puramente biológico, un placer del cuerpo, sino
que mira a lo más íntimo de la persona. De ahí que deba estar envuelta
por el amor. (...) No tener principios es demoledor»85.

»Cuando se queda por el camino presa de atractivos efímeros.
»El ser humano se realiza cabalmente cuando pone todas sus
potencias al servicio de la realización de las posibilidades más
valiosas»
86

«El hombre debe elegir en cada  momento no lo más apetecible,
sino lo más conveniente para su desarrollo personal»
87
.
«Lo agradable es un valor. Pero colocar lo agradable en la cima de
la escala de valores es hedonismo,  que toma como ideal de la vida
acumular gratificaciones fáciles y sensaciones placenteras»
88
.
«Haber perdido el sentido del sacrificio debe ser calificado como
una de las mayores calamidades del siglo XX. Desde hace dos siglos se
viene interpretando todo sacrificio como una represión y una amputación
del verdadero ser del hombre. Es éste un error que puede destruir de raíz
nuestra vida personal. (...). Conceder la primacía a los valores más
elevados constituye el núcleo de la virtud humana de la responsabilidad.
(...). La voluntad al servicio de  un ideal valioso adquiere una energía
indomable (...). El mayor empeño de nuestra existencia debe ser
realizarnos como persona humana»89.

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72 PABLO TOURNIER: La mujer soltera, 1ª, VIII. Ed. Estela. Barcelona. 
73 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Moral de la sexualidad, II, B, 2. Ed. Tau. Ávila, 1988 
74 FROMM: El arte de amar, II. Ed. Paidós. Buenos Aires.

75 KAROL WOJTYLA: Cardenal de  Cracovia, hoy Papa Juan Pablo II: Amor y 
responsabilidad, 2º, l, 3s; II, 15. Ed. FAX. Madrid, 1969 
76 QUOIST: Triunfo, lll, 6. Ed. Estela. Barcelona

77 JUAN LÓPEZ PEDRAZ, S. I.:  Tres trampas en el noviazgo, ll, 7. Ed. Paulinas, 
Caracas, 1987. 
78 Revista ECCLESIA 1529 (13-ll-71)15. Declaración conjunta de los Obispos Belgas. 
79 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, X, 8. EDIBESA. Madrid 
80 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, IX, 3. EDIBESA. Madrid 
81 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, X, 7. EDIBESA. Madrid

82 JOSÉ Mª  CONTRERAS.  Pequeños secretos de la vida en común, VII,3.   Ed. 
Planeta+Testimonio 
83 JOSÉ Mª  CONTRERAS.  Pequeños secretos de la vida en común, II,37.   Ed. 
Planeta+Testimonio 
84 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 2. EDIBESA. Madrid 
85 ENRIQUE ROJAS: Revista Blanco y Negro, 4141 (8-XI-98) 111 

86 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 3. EDIBESA. Madrid 
87 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano,VIII, 7. EDIBESA. Madrid 
88 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor   humano, IV, 5. EDIBESA. Madrid 
89 ALFONSO LÓPEZ QUINTÁS: El amor humano, V, 4. EDIBESA. Madrid


Que la Paz del Señor esté con vosotros.



Fuente: Para Salvarte 56º Edición, Padre Jorge Loring S.I.



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